El punta ecuatoriano reconoce en su presentación que la aclimatación al fútbol europeo es un proceso que debe de completar

Cuatro temporadas y media. Hasta 2023. Ese será el tiempo que, si nada lo evita, estará Stiven Plaza ligado al Real Valladolid. Una operación que, como explicó Carlos Suárez en su presentación, viene gestándose desde el verano pasado pero ha cristalizado más tarde. «Es un valor importante con un gran recorrido y virtudes todavía por desarrollar», destacaba el consejero.
Después de Suárez, Miguel Ángel Gómez, máximo encargado de la parcela deportiva, fue el siguiente en tomar la palabra. Destacó del delantero ecuatoriano su potencia, su juego al espacio y lo definió sin titubeos como «uno de los talentos más importante de su continente». «Esperamos que pueda dar a nivel del potencial que tiene. Le damos la bienvenida con el máximo cariño», comentó el director deportivo.
Finalmente le llegó el momento al protagonista real. Muy tranquilo, y mostrando una gran madurez para sus dieciocho años, el primer fichaje invernal se mostró encantado de recalar en la disciplina pucelana. «En lo personal estoy muy contento y muy agradecido, principalmente con Dios, por esta oportunidad de venir a Europa. Lo quiero aprovechar al máximo», reconocía el atacante.
Sobre su adaptación, el tema más tratado en la comparecencia de prensa, Plaza se mostró de acuerdo con las palabras de su técnico Sergio González, que puso de plazo dos semanas para poder contar con el joven.
«El ‘profe’ tiene razón, necesito tiempo para adaptarme al fútbol europeo. Estoy predispuesto para lo que el club me proponga. La confianza es una de las cosas más importantes para un futbolista además del físico». Sobre sus virtudes, el ecuatoriano no quiso definirse a sí mismo, pero reconoció que le gusta buscar la profundidad en las bandas. «El juego de contragolpe del equipo me va a venir muy bien. Somos un equipo que se entrega y compite contra cualquiera».
Para él, el interés y la expectación que ha generado su llegada no le ponen nervioso ni le suman mayor presión. «Siempre que se compra un jugador se genera esto, los seres humanos deben saber convivir con la presión«, finalizó.