El Real Valladolid, tras la llegada del técnico burgalés, ha reducido en casi la mitad las amonestaciones y expulsiones recibidas

Miguel Ángel Portugal tenía muchos frentes que solventar cuando aterrizó, hace poco más de un mes, en el Real Valladolid. Uno de ellos era reducir la sangría de amonestaciones y expulsiones que el equipo venía recibiendo durante la etapa de Garitano y que le hacían ostentar el dudoso honor de ser el equipo más tarjeteado de la Liga Adelante.
Cinco jornadas después de su llegada, el técnico burgalés ha reducido considerablemente los castigos recibidos por parte de los trencillas. Tanto es así, que el conjunto pucelano ya no es el equipo más amonestado. Cuando se ha alcanzado el primer tercio de la competición, los blanquivioletas acumulan 53 amonestaciones y 5 expulsiones, solo superados por el Deportivo Alavés (equipo que lidera ambos apartados con 58 amarillas y 7 rojas recibidas).
De seguir con esta media, el Real Valladolid obtendría a final de temporada unos guarismos sin precedentes: 159 amarillas y 15 rojas, unos números muy lejanos a los que la historia de este club está acostumbrado, encabezando casi siempre las clasificaciones del juego limpio.
Sin ir más lejos, en la temporada 2007/08, el equipo entonces dirigido por Mendilibar tuvo opciones reales de meterse en Europa League (entonces denominada UEFA) al encabezar el ranking de Fair Play durante buena parte de la temporada. Finalmente fue el Deportivo de la Coruña el que entró en el sorteo organizado por la UEFA.
Lo cierto es que todo hace indicar que no se alcanzará esa cifra de amonestaciones, pues con la llegada de Portugal se ha reducido en casi la mitad la media de tarjetas recibidas. Si bajo las órdenes de Garitano, el equipo recibía de media 4’3 amarillas y 0’4 rojas por partido, en los cinco encuentros dirigidos por el nuevo técnico el equipo ha recibido trece amarillas y una roja. O lo que es lo mismo, la media con Portugal es: 2’6 amarillas y 0’2 rojas por partido.
A pesar de la mejora, Portugal está pagando el elevado número de amonestaciones de la anterior etapa y este domingo cumplirán ciclo de amonestaciones dos nuevos jugadores: Rodri y Samuel. Otro que no será de la partida será Marcelo Silva, que fue expulsado por doble amonestación en el último encuentro ante Osasuna.
El Real Valladolid presentará un recurso ante el Comité de Apelación para tratar de que retiren la segunda amarilla que recibió el central, una vez que el Comité de Competición ha desestimado las alegaciones presentadas por la entidad pucelana. Lo cierto es que la amonestación fue rigurosa, pues saltó limpiamente para despejar el balón de cabeza, si bien el colegiado interpretó otra cosa.
La que no admite ningún género de duda es la primera cartulina que vio, fruto de una entrada muy dura en la que no midió bien los tiempos. De nuevo, como ya sucediera con Juanpe en las primeras jornadas, las notorias carencias de los centrales les hacen actuar de forma desacertada y es el equipo el que sale perjudicado de dichas acciones.
Controversia y quejas a orillas del Pisuerga
Las actuaciones arbitrales están causando, en los últimos tiempos, mucha controversia a orillas del Pisuerga. Pero esta inquietud viene de lejos, concretamente desde junio. En el seno del club están convencidos de que, en el play-off de la pasada temporada, frente a Las Palmas, impidieron al equipo seguir en la lucha por ascender a la Liga BBVA.
Cabe recordar que entre los dos encuentros el Real Valladolid recibió quince amarillas y cuatro rojas, mientras que los grancanarios vieron únicamente cuatro amonestaciones. Si bien es cierto que los jugadores entonces dirigidos por Rubi se emplearon en aquellos envites con una determinación y una dureza inusual. A pesar de las cuatro expulsiones, Las Palmas fue incapaz de vencer al Real Valladolid y se valió del valor doble de los goles fuera de casa para pasar a la final del play-off.
En las últimas semanas, el malestar se ha visto acentuado. En Soria, Braulio Vázquez, nada más concluir el partido ante el Numancia, dedicó duras palabras sobre la actuación del trencilla de dicho encuentro (Piñeiro Crespo).
«El arbitraje me ha parecido bochornoso, vergonzoso y todos los calificativos que se me puedan ocurrir me quedo corto. No entiendo nada. La expulsión de Juan Villar me parece ridícula, es una vergüenza. Nunca he visto nada igual. Ha sido un robo y un atraco… Pienso que si el árbitro tiene que expulsar a siete más, lo habría hecho. No he visto nada igual. Uno se puede equivocar, pero tanto…No creo que haya sido para favorecer al Numancia, pienso que hay una persecución contra el Valladolid», dijo el gallego. Por estas declaraciones, el Comité de Competición sancionó al director deportivo con 1.500€ de multa.
Por su parte, Carlos Suárez, tras el encuentro ante Osasuna del pasado domingo, también se mostró muy crítico con el arbitraje de Pérez Pallas. «Ha sido fundamental para dejarnos con diez en una acción que no era ni siquiera tarjeta amarilla. El arbitraje no ha sido del nivel del fútbol español». El máximo mandatario de la entidad pucelana mostró su resentimiento por la sanción a Braulio «es mejor no hablar porque luego pasa lo de Braulio y para recaudar nos ponen 1.500 euros de multa».
Si el enfado de la cúpula directiva del club puede ser entendible, admirable es la actitud de Miguel Ángel Portugal. El míster pucelano no tiene reparos en reconocer cuando su equipo se ve beneficiado por un error arbitral. En La Romareda admitió que no vio claro el penalti que señalaron a favor del Real Valladolid. «Hoy le ha tocado a él (en referencia a Popovic, técnico del Real Zaragoza) y otro día me tocará a mí», ponderó.
En efecto, en el partido siguiente ante Osasuna, fue su equipo el que salió perjudicado. Pero el técnico burgalés no es proclive a criticar la labor de los árbitros (la cual considera «muy difícil») y tras el encuentro ante los navarros prefirió no entrar en discusiones baldías. «Hay veces que se equivocan a favor, otras en contra, pero no me voy a meter», arguyó.
Y es que el técnico prefiere centrarse en su labor, que no es otra que tratar de que el equipo mejore en todas las facetas del juego para poder escalar posiciones y mantener intactas las aspiraciones de ascenso. De momento puede estar satisfecho, pues no solo ha bajado la media de sanciones, sino que también el juego desplegado por el equipo ha mejorado y esto se ha visto traducido en los resultados, ya que su media de puntos, ocho de quince, es superior a los nueve sobre veintiuno de Garitano. Ahora toca seguir refrendando la mejoría en Lugo.