En apenas un mes y medio, el entrenador del Zaragoza ha pasado de estar en la cuerda floja a colocar al equipo en puestos de ascenso directo
Dicen que las segundas oportunidades hay que aprovecharlas porque no se suelen repetir. Menos aún en el fútbol, donde cada momento es irrepetible. Para lo bueno y para lo malo. Y sino que se lo digan a Gaizka Garitano o, más recientemente, a David Moyes. Ambos tuvieron que abandonar el banquillo de sus clubes antes de tiempo arrastrados, como suele ser costumbre, por la falta de buenos resultados.
Ranko Popovic era el siguiente en la lista –o estaba incluso entre ellos–, pues el Zaragoza no terminaba de carburar en el principio de temporada. Sin embargo, el serbio vio ‘las orejas al lobo’ y consiguió reconducir el rumbo del equipo. Hasta tal punto que, actualmente, los maños se encuentran en puestos de ascenso directo a Primera División.
Un repuesto que casi logra la hazaña
Foto: El Periódico de Aragón
Popovic no era un desconocido para nuestro fútbol. Los más veteranos, y algún que otro entendido, quizás recuerden al serbio durante su paso por el Almería. Aunque como jugador no destacó mucho –tan solo jugó dieciséis encuentros durante su estancia de dos años en tierras andaluzas–, tenía la espinita clavada con nuestro país.
Tras tomar la alternativa como entrenador y ocupar el banquillo de varios equipos de la Liga japonesa, el Real Zaragoza se hizo con sus servicios en la mitad de la temporada pasada. Después de un comienzo de temporada más bien discreto, en que los zaragozanos no terminaban de conseguir los resultados esperados, la directiva decidió destituir a Víctor Muñoz.
Su lugar fue ocupado por Popovic, que, tras hacerse con la dinámica de la plantilla, consiguió que el equipo mejorase su juego. El serbio consiguió clasificar al equipo para el play-off de ascenso en sexto lugar, aunque no pudo materializar el regreso a la categoría de oro, puesto que cayó en la última eliminatoria ante Las Palmas.
A pesar de todo, el equipo de Popovic mostró una buena imagen. Especialmente en la primera eliminatoria del ascenso, donde tras perder 0-3 en La Romareda contra el Girona consiguió dar la vuelta al marcador y clasificarse para la eliminatoria final.
La continuidad se impuso tras un bache de resultados
Con contrato para esta temporada, el serbio comenzó en verano a preparar la plantilla que intentaría conseguir el regreso a Primera División. Con bajas como la de Whalley o Natxo Insa, Popovic decidió apostar por hombres jóvenes como Erik Morán y Diego Rico.
Tras colocarse en quinta posición después de las dos primeras jornadas, el Zaragoza comenzó una caída libre que alcanzó su máxima expresión en la jornada cinco. Tras perder 0-1 contra el Osasuna en La Romareda, los maños se colocaron decimoctavos y Popovic vio como su estabilidad comenzaba a tambalearse.
No obstante, el serbio supo reponerse a tiempo y, tras un cambio en el esquema de juego, el Zaragoza comenzó su mejoría.
Tras empatar a cero en un partido en el que los maños merecieron más, los de Popovic encadenaron una racha de tres victorias consecutivas, doblegando a Alavés, Albacete y Tenerife.
Más allá de lo cuantitativo –el Zaragoza ha sumado trece puntos de los últimos quince–, el equipo de Popovic también ha dado un salto en lo cualitativo. La irrupción de jugadores como Erik Morán, que ha encontrado su sitio con el nuevo estilo de juego, ha provocado que los maños estén segundos, a dos puntos del Córdoba. Ya lo dice el refrán: la paciencia es la madre de todas las ciencias.