El entrenador del Villa de Simancas, analiza qué falló la temporada pasada y los puntos fuertes de esta, en la que por el momento son líderes
Casi seis meses después de confirmarse el regreso del Villa de Simancas a Regional Aficionado, el conjunto simanquino se mantiene líder de la categoría, con dieciocho puntos de veintiuno posibles. Sobre el qué ha pasado para ese gran cambio y qué falló la temporada pasada hemos hablado con Diego Macón, entrenador franjiblanco.
Que cuando las cosas no quieren salir no salen, es algo que el Simancas vivió la temporada pasada, y que probablemente se grabó a fuego en la mente de todos y cada uno de sus jugadores. «Pagamos la novatada. En el equipo casi todos éramos nuevos en la categoría y nos costó mucho adaptarnos», resume Macón.
«Cuando ya te metes abajo es muy difícil salir. Tuvimos partidos que por juego podíamos haber ganado y al final, por unas cosas o por otras no puntúas». Con una situación así, mantener a la plantilla motivada resulta «complicado» como bien reconoce, pero fue algo que al final consiguió.
«Lo que más me gustó del equipo fue que estando abajo, en descenso, perdiendo e incluso llevándonos alguna goleada, cuando vimos que el descenso ya era inevitable… el equipo siguió entrenando. Veníamos veinte tíos, no hubo ningún problema con ningún jugador, ni entre ellos ni conmigo, y que el equipo estuviese tan unido es lo que nos ha hecho seguir este año», recuerda.
¿Cómo se consigue empezar desde cero tras una temporada como la que vivió el Villa de Simancas? «Mirándonos en el espejo de hace dos años», responde Diego. Con prácticamente la misma plantilla y el mismo cuerpo técnico, lo único que les queda es pensar que pueden «volver a hacerlo».
Para ello, da las claves a sus jugadores: «Tenemos que plasmar siempre nuestra manera de jugar, nuestra manera de entrenar, hacer siempre lo que creemos que es bueno para conseguirlo». Algo que, reconoce, resulta más fácil tras la moral que les dio ganar el Trofeo Diputación y la buena pretemporada realizada.
En caso de regresar a Tercera División, y con la experiencia a cuestas, Diego Macón lo tiene claro. «Mantener al equipo y mantener el estilo sería lo más importante para continuar en la categoría». Recuerda cómo el año pasado las derrotas crearon dudas hasta tal punto de cambiar el estilo para «intentar mejorar», algo que les fue a peor.
«Lo más importante en caso de volver, es saber dónde estamos y que puede volver a pasar. Cuando subes a Tercera con esta plantilla y los recursos que tenemos, sabes que vas a estar abajo, que vas a sufrir», asume, aunque con una sonrisa admite que si vuelven a bajar, «tocará volver a subir».
Dejando el pasado a un lado, y fijándonos en el presente, el Villa de Simancas llega a la jornada ocho líder, con seis victorias y tan solo una derrota en su casillero. ¿Qué ha pasado en verano para que se produzca ese gran cambio?
«El secreto ha sido que a la plantilla tan unida que teníamos el año pasado –en la que han continuado quince jugadores– se han unido seis chavales nuevos que han entrado muy bien, se han acoplado muy rápido, eran conocidos de todos y que además conocen bien la categoría», relata.
Si hay algo que Diego Macón tiene claro a día de hoy, es la combinación que tienen que seguir para lograr el ascenso, objetivo claro del Villa de Simancas. «Tenemos un equipo ofensivo, que quiere el balón, que ataca, que presiona mucho cuando pierde el balón… y esos son los puntos que nos tienen que hacer conseguir el objetivo».
Admite que para él llegar a la jornada ocho líder no es algo anecdótico. «En la primera sí lo es, la segunda, la tercera… cuando llevas ocho jornadas el trabajo está ahí«, si bien reconoce que lo difícil es mantenerlo, también avisa: «Es en lo que estamos ahora y vamos a intentar llegar así hasta el final».
Pieza clave de la notable mejoría del equipo esta temporada no solo reside en el buen acople de los veteranos y nuevos fichajes del conjunto simanquino. David Bermejo, uno de los fichajes de este verano y segundo de Diego Macón, es una ayuda muy importante para el entrenador vallisoletano, como él mismo reconoce.
«Nos ha venido muy bien. Es otra manera de verlo aparte de la mía, nos entendemos muy bien porque nos conocemos de toda la vida y es muy trabajador». Lo define como un entrenador «muy analista» algo que ha provocado que este año tengan mucho control sobre todo de balones perdidos, balones recuperados y tiros a puerta, algo que les está ayudando a hacerles entender a sus jugadores lo que tienen que mejorar.
Por suerte para evitar la no relajación de sus hombres y hacer cada jornada más interesante, hay más rivales a batir en la lucha por regresar a Tercera. Para Diego, el «claro favorito y el que va a estar ahí arriba» es el Unionistas, conjunto que hasta el momento se sitúa segundo a un punto de los franjiblancos en la clasificación.
«Nosotros tenemos que intentar o estar con ellos, o quedar segundos y ascender como mejor segundo», reconoce, y además da más nombres. «Luego tienes al Betis, Ejido, Mojados que ha empezado mal pero tiene buen equipo… esos son los equipos que están ahí».
En su presente más inmediato, las bajas están siendo una de las mayores pesadillas del entrenador simanquino y, lejos de llevarse las manos a la cabeza, prefiere ver el lado positivo. «Aquí tenemos una suerte muy grande que es que tenemos un filial y nos apoyamos en ellos. Por ejemplo, hoy –por este miércoles– tenemos veintidós tíos entrenando, y eso que tenemos cinco lesionados».
«Esa es la suerte que tiene este club, se está trabajando muy bien en eso, y se entrena mucho mejor con veinte jugadores que con doce, así que tenemos una cierta ventaja en ese sentido», nos cuenta.
Con quince de quince llegó hace dos semanas el Villa de Simancas a León, para medirse al Onzonilla en un partido que acabó con la racha de resultados positivos que mantenían los franjiblancos. Si con el buen momento de forma que atravesaban –y atraviesan– los hombres de Macón caer por cuatro goles a tres es raro, la realidad es que el míster admite que el envite en sí «fue rarísimo».
«Fue un partido muy difícil de analizar. No empezamos bien, arrancamos relajados con el gol marcado tan pronto… y luego nos pasó de todo. Lesiones, expulsiones tontas, penaltis que son expulsiones y no lo hacen, juego muy duro de ellos que el árbitro permitió y que nos dificultó, y para acabar que el equipo no estuvo bien tampoco», recuerda.
Este domingo sus pupilos juegan fuera, aunque no demasiado lejos. La Finca de Canterac será testigo mudo de un Betis – Villa de Simancas, encuentro que Diego Macón define como el «más difícil hasta el momento y uno de los más complicados que vamos a tener». Su próximo rival, cuarto clasificado a día de hoy, acumula trece puntos en su haber.
«El Betis en su campo es muy fuerte, tiene muy buenos jugadores, un juego que a nosotros no nos viene nada bien porque es un juego muy directo, con gente físicamente muy grande y que a nosotros nos perjudica». ¿La solución? «Intentaremos adaptarnos en ese sentido cuando tengan ellos el balón y cuando lo tengamos nosotros ser nosotros mismos más que nunca. Tenemos que tener más posesión que nunca, intentar perder los menos balones posibles y, cuando la perdamos, apretar al máximo para que no puedan ellos lanzar a los de arriba», avisa.
Reconoce estar agradecido con la paciencia depositada por parte del Villa de Simancas, como club, hacia su trabajo la temporada pasada. «Si tuviese que decir un punto fuerte de este club es lo a gusto que se trabaja. Te dejan trabajar tu estilo, tienen mucha paciencia, se fijan más en el trabajo que en los resultados», algo que, sin duda, agradecen todas las categorías. «En inferiores es lo mismo, el trabajo está siendo muy bueno y por eso hay esa mejoría tan clara con respecto a otros clubs de Valladolid estos últimos años».
Para terminar, Diego Macón no se olvida de sus jugadores. «Son un grupo de amigos. Es una pasada lo bien que se llevan, y cómo transforman esa manera de llevarse cuando tienen que trabajar, porque lo hacen de maravilla». ¿Y el objetivo a corto plazo? Media sonrisa y la respuesta: «Seguir ganando. Cuantos más partidos mejor».