El lateral salmantino vuelve a Zorrilla tras recalar este verano en el Real Oviedo. Tras cinco años en Valladolid, cambió de aires para ocupar la banda izquierda del Carlos Tartiere

Foto: Real Valladolid
Carlos Peña llegó a Pucela en el verano de 2010, en un momento difícil. El Real Valladolid acaba de descender a Segunda División y la posición de lateral zurdo no tenía un inquilino fijo. En estas circunstancias llegó el jugador natural de Salamanca. Peña estaba llamado a ser el titular en el lateral izquierdo, pero su fichaje dejaba dudas ya que cuando desembarcó en la Ciudad del Pisuerga ya tenía veintisiete años y no había destacado mucho en su carrera; de hecho, no había jugado en Primera.
Desde que llegó en la temporada 2010/11 hasta que se fue el verano pasado, el jugador, que llegó procedente del Recreativo de Huelva, jugó un total de 173 encuentros con la elástica blanquivioleta. Con la suma de todos sus encuentros, en Primera, Segunda y la promoción a Primera, Peña ha entrado en el ‘top 40’ de jugadores con más participaciones con la camiseta del Pucela. En sus cinco cursos, Carlos Peña se hizo dueño y señor por del carril izquierdo del José Zorrilla.
Tan solo en la temporada 2012/13 no consiguió ser el jefe del lateral zurdo. Ese año Rukavina ocupaba el lateral derecho y el serbio desplazó a un magnífico Balenziaga al lateral izquierdo, lo que hizo que el salmantino jugase tan solo diecisiete partidos. No obstante, el Real Valladolid consiguió el ascenso a Primera División ese año y, en la siguiente campaña, Peña fue indiscutible en el lado izquierdo de la zaga.
El charro siempre ha sido de los jugadores que más dedicación y esfuerzo le han puesto a cada partido. Es un futbolista que pelea todos los balones con todo lo que tiene. Es, además, un jugador agresivo que va fuerte al choque, pero sin intención de dañar al rival, pues ha demostrado ser un jugador noble en el terreno de juego. Pero además, fuera de los terrenos de juego, es un jugador sensato, que siempre contestaba cordialmente a la prensa y que siempre daba la cara por el equipo.
Sin duda, el que fuese canterano del FC Barcelona era uno de los capitanes del equipo, más allá de llevar o no el brazalete, que, efectivamente, alguna vez lo llevó. Era una de las voces autorizadas del vestuario para lo bueno y para lo malo, como demostró en más de una ocasión –e incluso llegó a mediar el curso pasado en algún que otro ‘malentendido’ interno–.
Sin embargo, Peña fue cuestionado muchas veces por la afición pucelana, sobre todo en los últimos dos o tres años. Pese a que el lateral era un jabato que peleaba por cada balón. su falta de efectividad en los centros y su falta de velocidad desesperaba a buena parte de la hinchada vallisoletana.
Su punto más negro fue, sin duda, los centros. El actual jugador del Oviedo solía llegar al ataque con relativa frecuencia pero sus centros acostumbraban a acabar en el limbo y sus asistencias fueron pocas. Pese a todo, el charro llegó a anotar tres goles con el Real Valladolid.
En esta temporada, Peña se está convirtiendo en un pilar importante para la defensa del Oviedo, pero además se está mostrando como un jugador que se incorpora con peligro al ataque, dando una asistencia en seis partidos. Parece que el veterano jugador de 32 primaveras vive una segunda juventud en el club asturiano.
El domingo, Carlos Peña volverá a la que fue su casa las últimas cinco campañas y en donde cumplió el sueño de miles de jugadores: debutar en Primera División. Zorrilla recibirá con los brazos abiertos a un jugador que se dejó todo por las franjas violetas y blancas.