El capitán del Alcorcón regresa a Zorrilla, el lugar donde su sueño casi se hizo realidad

Trece temporadas y más de cuatocientos partidos contemplan a Rubén Sanz Alonso (Valladolid, 1980) con la elástica del Alcorcón. Poco podía imaginar aquel joven pucelano, que en 2003 llegaba a Alcorcón procedente del Langreo, que desde entonces no iba a moverse de la ciudad madrileña y que iba a convertirse en ídolo, símbolo y eterno capitán de Santo Domingo.
Unos años en los que Rubén, que ha sido hombre clave para todos los técnicos que han pasado por el conjunto alfarero, ha vivido la mejor época del club madrileño. Y es que cuatrocientos partidos dan para mucho. Para golear 4-0 al Real Madrid del señalado Pellegrini en la ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey de la temporada 2009/10 (eliminando después, y contra todo pronóstico, a los blancos). Para lograr el primer ascenso a Segunda de la historia del Alcorcón en el último minuto del último encuentro ante el Ontinyent; para quedarse a un gol del soñado ascenso a Primera en Zorrilla ante el equipo del que fue canterano. O también para repetir play-off un año más tarde ante el Girona.
«Casi todo han sido buenos momentos, es difícil quedarse con uno. Pero el ascenso a Segunda es imposible de olvidar. Por el grupo, por la forma de conseguirlo en el último minuto, por todas aquellas emociones…», rememora un Rubén Sanz que es el único superviviente, junto con Nagore, de todas estas hazañas alfareras (cabe recordar que Nagore tuvo un pequeño paréntesis en el Levante en la 2013/14).
El partido del domingo será muy especial para el ‘8’ del conjunto madrileño. Vallisoletano de nacimiento, con familia y amigos en la ciudad del Pisuerga –«van todos con el Alcorcón», advierte–, militó en las categorías inferiores del Valladolid, donde llegó con doce años tras demostrar sus condiciones en el Rondilla.
Rubén formó parte de uno de los éxitos del club en sus categorías inferiores. En 1996 el Cadete A de Ricardo Coque, se proclamó subcampeón de España tras caer en la final contra un Real Madrid en el que militaban varios jugadores que llegaron a la élite del, como David Sousa, Paco Pavón o César Navas, entre otros.
«Posee una muy buena pierna izquierda, es trabajador, tiene facilidad para las jugadas de estrategia, lanza faltas y saques de esquina, roba balones… Va más allá de las labores habituales de un mediocentro», apunta Coque, quien fuera su entrenador durante tres temporadas en Los Anexos. Las escasas opciones de llegar a la plantilla profesional le hicieron salir del Real Valladolid en 2002. En su ultima temporada, jugó 36 encuentros en Tercera con el Promesas y anotó cinco tantos.
El emblema de los alfareros, que vio la victoria frente al Mallorca desde el banquillo, es el jugador con más partidos en un mismo equipo de Segunda división. Esta temporada, a sus 35 años, tendrá presumiblemente un rol similar al de Álvaro Rubio en el Real Valladolid. «Ascender en aquel play-off en Zorrilla hubiera supuesto para mí un auténtico sueño, todo jugador desea jugar en Primera División”, ha reconocido Rubén Sanz.
El domingo regresa a Zorrilla, el lugar donde el sueño casi se hizo realidad.