El conjunto de Gaizka Garitano dejó una muestra de lo que va a ser este equipo. Mostró presión, colocación y profundidad. Además los nuevos, en general, dejaron muy buenas sensaciones
Sí, en verdad el partido fue para soñar. Por dos motivos, el primero porque el Real Valladolid mostró a ratos lo que el mister quiere y segundo porque el partido tuvo momentos soporíferos.
El partido empezó con dominio armero. El conjunto de José Luis Mendilibar inició el encuentro con más intensidad que los locales y para ellos fueron las primeras ocasiones de peligro. En el minuto 9, el portero cedido por el Athletic, Kepa, hizo una buena parada a un potente chut de Borja Bastón. A partir de ahí el Real Valladolid empezó a meterse poco a poco en el partido y a generar ocasiones, que no obstante eran pocas y sin mucho peligro.
Hermoso, que debutaba hoy ante su afición, fue de los jugadores más peligrosos del equipo en ataque y de los más seguros en defensa. Precisamente el joven lateral izquierdo cedido por el Real Madrid fue el encargado de iniciar las mayores jugadas de ataque. Así un pase suyo al espacio para Alfaro en el minuto 16 estuvo a punto de convertirse en gol cuando el onubense puso un centro raso que a punto estuvo de acabar en autogol.
Dani Nieto, por su parte, quería demostrar que el Eibar es equipo de Primera y se echó el equipo a la espalda. Fue la principal referencia ofensiva de los eibarreses siempre creando peligro a un Chica que hoy tuvo problemas con el 11 blaugrana. Sin embargo sus acciones, aunque siempre con peligro, no llegaron a ocasionar ningún serio problema a Kepa.
La jugada más clara que tuvo el Eibar fue en el minuto 20, cuando Hermoso sacó bajo palos un remate de Dos Santos tras una falta una falta botada por Dani Nieto.
El Pucela poco a poco se iba encontrando. La presión empezaba a surtir efecto y es que la posesión cada vez le duraba menos al Eibar. La tónica del partido fue cambiando y el Real Valladolid terminó la primera parte siendo muy superior. En el minuto 27 Irureta detuvo bien un pase de la muerte de Hermoso y poco más tarde un saque rápido de una falta a punto está de convertirse en un autogol tras un centro de Óscar.
La primera parte acabó con un gran pase en largo de Timor a Juan Villar que obligó a la salida del cancerbero vasco fuera del área ya que el ex del Cádiz se plantaba solo.nLa segunda mitad empezaba como acabó la primera, con dominio local. Parecía que por fin el partido cogía un ritmo bonito para el espectador, pero fue un simple espejismo.
Tan bien se inició la segunda parte que en el minuto 49 Óscar Gónzalez marcó el único gol de la noche. Mariño, que acababa de entrar en el descanso sacó rápido, el balón llegó a Alfaro en el centro del campo que vio cómo se desmarcaba Óscar y le envió un balón perfecto al espacio. El 10 blanquivioleta, con toda la tranquilidad del mundo, encaró a Irureta y ante su salida definió colocando el balón pegado al poste izquierdo. Una definición cargada de técnica y calidad, una definición ‘a lo Óscar’.
Parecía que prometía el partido, pero menos mal que hacía buen tiempo. La siguiente media hora fue muy espesa, salvo jugadas esporádicas por parte de los dos equipos pero sin ningún incidencia de importancia.
El partido se volvió a activar a partir del minuto 75 cuando Guzmán, que llevaba poco sobre el césped, estuvo cerca de marcar el segundo tras un buen pase de Alfaro. Juan Villar, que dejó muestras de su calidad y de sus regates, también estuvo cerca del gol en estos minutos finales cuando intentó regatear al portero tras un pase de Hermoso, aunque su regate se fue un poco largo y, sin ángulo, disparó fuera.
Poco más aconteció en los últimos minutos, aunque cabe destacar que Timor ocupó el puesto de central los últimos quince minutos de juego, cuando Álvaro Rubio entró sustituyendo a Marcelo Silva.
Finalmente el Real Valladolid se llevó su trofeo tras ser superior a un equipo de Primera. Hermoso fue el jugador más destacado de los blanquivioletas que dejaron buen sabor de boca a una afición que se fue del Nuevo José Zorrilla soñando.