El técnico gallego llega a Valladolid con el objetivo de guiar al Promesas en su segundo año consecutivo en Segunda B. Varios de los jugadores y ayudantes que le conocen coinciden en que es un entrenador apasionado del fútbol
«Si firma con el Real Valladolid Promesas, os lleváis a un entrenador de campeonato». Ha firmado, de momento por una campaña, apostando nuevamente la dirección deportiva para llevar las riendas del filial blanquivioleta por un técnico joven y gallego. Pero no por ello, menos experimentado.
Rubén Albés nació en Vigo en 1985 y desde que colgara las botas, se ha dedicado a su gran pasión: el fútbol desde el banquillo. Fue precisamente en su última etapa con el Eldense donde conoció a Adrián Sánchez, quien se convirtió en ayudante y amigo. «He trabajado con varios entrenadores de la categoría», comienza, «pero es el que más me ha impactado».
Temporada 2014/15 en el Grupo III de la Segunda División B. El Eldense se hacía con los servicios de Fran Yeste, como primer técnico, y de Rubén Albés como segundo. Todo fue bien hasta la jornada catorce cuando llegó la denuncia al primero por no tener el nivel tres de entrenador.
Albés se hizo cargo del equipo aunque con Yeste en la sombra y también recibió una multa, pagada finalmente por el propio club. Fue entonces cuando Toni Aparicio se sentó en el banquillo y el gallego pasó a la parte de scouting donde comenzó a trabajar con Adrián Sánchez.
Tras la dimisión de Toni Aparicio, el vigués tomó de forma definitiva el timón del equipo en la jornada 29 ante el Mallorca B, para conseguir la sufrida permanencia en la Segunda División B. Adrián Sánchez asegura que se notó muchísimo el cambio. Antes de que Albés fuera entrenador, el equipo se basaba en juego directo –al famoso pelotazo– y cuando entró él obligó a cambiar la forma de jugar para que el equipo jugase siempre que se pudiera.
Foto: Vicen Muñoz
Tanto él como los propios jugadores, sabían que si alguien podía solventar los problemas deportivos que arrastraba el equipo eldense era el propio Rubén Albés. Tanto por su forma de entender el fútbol como a las personas. Adrián cree que gran parte de culpa en sus resultados ha sido que a los jugadores se los ganó desde el primer día al darles mucha confianza.
«Rubén les dijo que hicieran lo que supieran, que él les iba a defender a muerte y que confiaba en ellos para salvar el equipo». Es por eso que le define como «una persona que sabe cómo tocar la fibra para sacar el lado más humano, generando siempre buen ambiente en el vestuario». Y eso a pesar, de los impagos que durante la temporada sufrieron jugadores y cuerpo técnico.
Adrián Sánchez reconoce que fue un tema complicado y que, a día de hoy, es algo que todavía no se ha solucionado. El entrenador siempre miró antes por sus jugadores que por él, tratando de sacar sonrisas con bromas a pesar de haber estado tres meses sin cobrar.
En cuanto a lo deportivo, al vigués le gusta que el balón tenga mucho protagonismo y es algo que trabaja en los entrenamientos para aplicarlo en los partidos. «No he visto a ningún entrenador que plantee un partido con tantas alternativas como lo hace él y leer el partido tan bien», expone.
Al futuro del gallego en tierras vallisoletanas, le desea que le vaya muy bien porque se lo merece. Y que apostará por cantera como hizo en el club eldense. «Aquí subía a jugadores para darles una oportunidad de entrenar con el primer equipo».
Un técnico muy querido
Preguntar por Rubén Albés en la ciudad alicantina de Elda es sinónimo de obtener una respuesta positiva, llena de elogios. Vicen Muñoz ha visto el paso del gallego por el club a través de su cámara y reconoce que se marcha un técnico que ha trabajo muchísimo y al que quiere todo el mundo.
Se hizo querer desde que llegara acompañado de Fran Yeste al banquillo del Eldense para ser su segundo. Pero tras la denuncia al primero por no tener el nivel 3 de entrenador, Rubén Albés asumió ser primer técnico con Yeste en la sombra. «Sin embargo, también es denunciado algo que el club soluciona pagando la multa al gallego aunque no la de Yeste», cuenta Vicen Muñoz.
El club decide entonces fichar a otro entrenador, Toni Aparicio, quien dimite por no verse con fuerzas para lograr los objetivos planteados. En ese momento, con teinta puntos, el Eldense se encontraba en la decimoséptima posición y necesitaba de un revulsivo para encarar el tramo final de la temporada: Rubén Albés. El entrenador gallego, tras una etapa difícil, logra la salvación del equipo ante el Real Avilés.
Uno de sus jugadores, Sergio García Bordas ‘Chupe’, destaca lo metodológico que es el técnico. «Tiene muchas cosas para triunfar, estudia mucho a los rivales». A pesar de que la temporada no fue nada fácil, por los temas extradeportivos que rodeaban al conjunto eldense. «Albés ha sabido adaptarse a las circunstancias», explica, «y sacar mucho rendimiento a la plantilla».
José Sánchez también recibió las órdenes del vigués la pasada campaña y le ve preparado para dirigir al Promesas en su nueva aventura. «Es un entrenador perfecto para un filial: trabajador, cercano a los jugadores y comunicativo».
En una sola palabra, le define como un profesional –de los pies a la cabeza– que siempre saca lo bueno de todos los jugadores porque es exigente y quiere hacer bien su trabajo. En lo personal, destaca por ser buena gente y cercano aunque lo mejor de todo, para el jugador, es que vive el fútbol.