Rubi reconoce que el Real Valladolid «sale vivo» del duelo de ida de promoción contra la UD Las Palmas después de empatar a uno con nueve jugadores
No fue fácil. Por el principio y por el final. Pero «salimos vivos». Y es que ya se sabe, a veces lo mejor es enemigo de lo bueno. Y aunque el empate a uno ante Las Palmas no es bueno, no cabe duda de que es lo mejor que el Real Valladolid podría haber obtenido en el contexto del encuentro.
«Ha habido una fase muy clara para ellos de quince minutos. Creo que han estado muy bien hasta que nos hemos ajustado. Hasta que nos quedamos con nueve hemos sido netamente superiores. No hemos podido aprovechar nuestro rato bueno, pero salimos vivos porque hemos acabado con nueve. Hay eliminatoria», analizó a vuelapluma Rubi.
A su modo de ver, ese inicio un tanto pobre se debió a que «Las Palmas salió muy acertado a nivel técnico» y «no se les iba ni un control ni un pase», lo que provocó que el Pucela tuviera que hacer un ajuste. «Hemos hecho una corrección en el tema de la presión que nos ha ido bien, hasta que el equipo no lo ha entendido siempre había un jugador rival libre, también por ese nivel alto. Han movido muy bien la pelota», considera el catalán.
Reconoció, asimismo, que se preocupó en ese arranque, porque lo pasaron «muy mal», aunque luego se animó porque el equipo se repuso «perfectamente, quedando claro que no era un problema de actitud, sino simplemente un desajuste a nivel de presión, y que ellos estuvieron fenomenal», reiteró el de Vilassar.
El resultado, decíamos, no es el mejor; obliga a marcar en Canarias. Rubi es «realista» y consciente de ello. Pero también de que tienen «argumentos» y de que pueden hacerlo «tranquilamente». «Antes de empezar el partido no quería empatar a uno. El resultado es una victoria por ese cuarto de hora, que no han aprovechado. Nos refuerza, aunque cada partido es una historia», opina un entrenador que sabe de las capacidades de sus pupilos fuera de casa y que espera volver a verlas.
Intensidad y rojas
No se le puede negar al Real Valladolid que fue intenso. Aunque, en el debe, ha de apuntarse que jugaron «al límite», y no lo dice quien escribe, sino su técnico. El fervor vino provocado por «cómo estaba el campo y el ambiente» y llevó a que se sufriese «muchísimo» en el tramo final; dicho sea de paso, más por la inferioridad numérica que porque Las Palmas fuera capaz de crear peligro.
En opinión de Rubi, «estando como estaba el campo» probablemente no estuvieron muy acertados y «muchas tarjetas» fueron «merecidas», ya que jugaron «duro y fuerte». Sin embargo, hubo «muchas jugadas» en las que considera que el árbitro fue «valiente para sacar algunas tarjetas y no para sacar otras», como en el caso de la agresión a Peña, que se debió zanjar con amarilla para él y roja al infractor. Además de alguna posible pena máxima; jugadas que el míster pretende revisar.
En el caso de la roja a Chica, aunque le pilla lejos, Joan Francesc Ferrer opina que «está claro que se resbala». Y esos penaltis a los que se refiere son uno presuntamente sufrido por Roger, otro tras una mano que ‘responde’ a un centro que entra por banda. Con todo, el míster blanquivioleta afirmó que «el árbitro ha sido durísimo en muchas jugadas» que querría volver a ver, y ninguna ha caído de su lado. «Hemos aguantado lo que hemos podido en el banquillo, pero la verdad es que hemos estado al cerca de la expulsión».
A pesar de que en ocasiones sus jugadores se pasaron de revoluciones, el técnico se queda con que el equipo «ha dado muchísimo la cara». «Lo hemos pasado muy mal al principio, pero con nueve hemos sabido sufrir y no nos han hecho nada de peligro. Estoy muy orgulloso; vamos a ver qué pasa, pero estamos vivos», arguyó.
En Gran Canaria, el Real Valladolid tendrá «la suerte de que empezar con once contra once», considera, y tendrá que «intentar no bajar ese nivel de intensidad», su «gran pelea durante todo el año». Salvo sorpresa, no habrá asistencia de la afición blanquivioleta al choque, al menos demasiado numerosa. Por desgracia, pues, a la hora de la verdad, respondió. «A la afición le pongo un trece. Qué pena que no hayamos podido que viniera tanta todo el año, porque es otro fútbol. Era nuestra responsabilidad que estuviera así», lamentó Rubi.
Para ese viaje, tendrá seguro dos bajas, las de los dos expulsados. Confía que Hernán no lo sea, a pesar de que pidió el cambio «porque le molestaba la rodilla» después de haber hecho «100.000 esfuerzos». A la espera de Valiente y de parte de guerra en contrario, los demás estarán. Sin cansancio. «Es importante que recuperen las piernas y la cabeza», zanjó sobre este tema.