El colombiano se mostró muy enojado tras su lesión y posterior sustitución

Pocas veces esta sección va a remitir tanto a su nomenclatura. El detalle, justo un instante, casi intrascendente, del que sacar algo: una lectura a medias y algo más de cuatrocientas palabras. De hecho, el detalle a comentar no se produjo ni dentro del campo. Todo nimio.
El partido da para poco más que cuatro pinceladas. Un estadio sumido en la resaca contempló un pobre partido en el que, fíjate tú por donde, los detalles de Mojica y Pereira servían para mantener despierto al personal. Eso y las patadas del equipo de Bordalás, y perdónenme la ‘rebuznancia’, porque ya hay que ser burros.
En una de tantas acciones de peligro (para el estado físico de los blanquivioletas), Mojica cae dentro del área y se hace daño.
Al principio, la adormecida grada no le dio más importancia al hecho, pero al ver que el cafetero no se incorporaba, empezaron los temores. Y es que, hasta entonces, él solo estaba descosiendo a la defensa del Alcorcón, y tras su sustitución, solamente Jonathan Pereira supo coser con hilo.
Mojica no se levantaba y a por él vino el carrito de los helados, ese que tantas veces se marcha sin carga. Esta vez, por desgracia momentánea, Mojica si subiría a él en camilla con ostensibles gestos de dolor que no hacían más que acongojar a una grada que batía palmas en señal de socorro. Entre tanto íbamos a sacar un córner.
Yo tenía a Mojica relativamente cerca. De repente, se volvió loco y saltó de la camilla y quiso apoyar su maltrecho tobillo izquierdo, que parecía ser la parte afectada. Estaba cabreado, madre mía si lo estaba. Mandó a paseo al carrito de los helados y a los heladeros, y casi hace lo mismo con Alberto ‘Habilidoso’, que allí estaba para interesarse por el estado del cafetero.
Tenía cara de pocos amigos, muy diferente a la del vídeo que esta semana ha protagonizado. ¡Vaya!, decía yo, ¡otro que se enfada tras salir en un vídeo pasándolo bomba! Pero ‘El Correcamino’s estaba enfadado por otra cosa. Él es más de salsa choke que de Kevin Roldán y su enfado tenía que ver más con su sustitución. Mientras caminaba cojo y frustrado pegadito a la raya pero por fuera, se quitó los guantes y los arrojó muy cabreado.
Llegó a la zona de los banquillos, jurando en arameo probablemente, y ahí le perdí la vista. Leo ahora que se descarta lesión ósea de gravedad y que lo más seguro es que tenga un esguince, según informa el propio Real Valladolid. El bueno de Mojica estaba cabreado por no poder seguir. El chaval tiene compromiso y mucho que aportar, y él es el primero que lo sabe. Ánimo, ‘bro’, recupérate y no te enfades, que estas cosas pasan, y como pasan, aquí las contamos.