Juanmi abandona la disciplina del Real Valladolid Promesas después de año y medio en el filial. El lateral analiza para Blanquivioletas su estancia en el club y habla de su marcha

El quince de julio de 2013 el Real Valladolid hacía oficial la contratación de Juan Miguel Heredero García, lateral zurdo procedente del Leganés. Una temporada y media después, Juanmi, como es conocido dentro y fuera del fútbol, rubricó este martes su marcha del filial blanquivioleta después de haber jugado tan solo noventa de los 1.440 minutos disputados por su equipo en lo que va de curso.
Se marcha después de haber formado parte de ese Promesas que logró el ascenso de la mano de Javier Torres Gómez. Parte activa, de hecho, puesto que fue el octavo componente del equipo con más minutos disputados, 2.263, pertenecientes a veintiséis partidos, incluyendo los dos definitivos del play-off.
Un año, cinco meses y dos días después, el mismo jugador imprescindible de la temporada pasada parte lejos de los Campos Anexos después de haber disputado solo los noventa minutos del encuentro ante el Somozas, en el que Brian estaba castigado con un partido de sanción después de ver la cartulina roja en la jornada anterior.
Y no se va feliz, ya que piensa que ha dejado algo a medias. «Yo quería demostrar que podía, a pesar de que no se contaba conmigo; quería ganarme mi puesto como he hecho siempre» ,reconoce, algo, sin embargo, no le ha bastado para acabar como titular. Aunque, añade, nunca bajó los brazos. «No me he dado por vencido, pero una retirada a tiempo es una gran victoria».
En poco tiempo se dieron infinidad de cambios, que, a la larga, provocaron que tomara la decisión de buscar la felicidad en otro club. «Me lo planteé hace unos meses, al ver que no aportaba lo que yo pensaba en este equipo. Sentía que mi sitio ya no estaba aquí», comenta. El cambio de dirección deportiva y de entrenador trajo muchas novedades que pillaron a la plantilla por sorpresa. «Yo vine por recomendación de Víctor, y este verano cambió la dirección deportiva. Sabía que no me iba a venir bien ese cambio», reconoce.
Aunque no tiene una mala palabra hacia quienes hoy gestionan la entidad desde el punto de vista deportivo ni para el que fue su técnico. «Me informé sobre quién era Rubén de la Barrera y vi que era un entrenador que sabía mucho de fútbol, pero no tenía ni idea de cuáles eran sus proyectos. Vi que vinieron buenos jugadores, que íbamos a jugar en Segunda B y pensé que esta iba a ser mi oportunidad», algo que al final no fue así.
De la Barrera, explica, le «impresionó, por sus métodos tácticos y por su forma de hablar, directa al jugador», y porque, considera, «es una persona que vive por y para el fútbol». Con él apenas ha tenido tiempo para ‘mostrarse’, en parte por el buen hacer de Brian, pero no por ello se sentía derrotado. «No jugar me daba fuerzas para luchar por un puesto y ver si podría lograrlo», comenta, aunque, en vistas a que ese esfuerzo era baldío, ha terminado por pedir la carta de libertad.
«Si no he tenido minutos ha sido por decisiones técnicas, no porque yo no valga», zanja, triste y sin rencores, sentimientos que, por otra parte, ha dejado ver públicamente en redes sociales. Es más; desea ver a los que son ya sus excompañeros entrando en la promoción de ascenso a la Segunda División. Y no duda al afirmar que cree que hay «posibilidades» de lograr ese más difícil todavía.
Esa tristeza actual no obsta para reconocer que Juanmi ha vivido en Valladolid multitud de buenos momentos. Según él mismo dice, la temporada pasada vivió uno de sus años más bonitos dentro del fútbol. «Creamos un muy buen ambiente en el vestuario. Más que compañeros, éramos amigos; éramos una piña», recuerda.
El principal responsable de que eso fuera así fue el míster, Javi Torres, de quién aprendió «mucho». El agradecimiento es mayor si cabe cuando recuerda lo «mucho» que les ayudó en el plano extradeportivo. «Lo pasamos mal con el tema de los cobros y puso mucho empeño en que se solucionase», admite. Y añade: «Para mí hubiese sido mejor que se quedase, porque me conocía y me sentía muy bien con él».
De Valladolid, se queda con «la buena gente» que le ha «rodeado». Me han querido, se me ha apoyado siempre y me han demostrado que valgo para mucho más», algo que agradece. «Quiero dar las gracias a las personas que me han dado la confianza que necesitaba y que han estado encima de mí para que sonriese; siempre han estado ahí en los malos momentos».
Se va, pero lo hace contento con la dirección deportiva, responsable, en buena medida de que este año no haya impagos. «Se han portado de manera excelente con nosotros. A pesar de que ha habido cambios, no todo ha ido a mal. El fútbol está muy mal, y es de agradecer que cobremos. Personalmente, prefiero cobrar poco y bien que mucho y mal», pondera.
Lo hace antes de despedirse, de quien aquí escribe y de su hasta ahora inseparable Juanjo. Con una sensación, que «llegar lejos en el fútbol no es tan complicado», algo que buscará demostrar y demostrarse en otro lugar. Y, ahora, sí, concluye. «He conocido a gente que me ha ayudado y que me ha motivado. En este tiempo he descubierto que he hecho amistades que van a durar para toda la vida». Que así sea.