Farolo, portero del Tordesillas, analiza cómo llega su equipo al derbi del sábado al que llegan con confianza, pero sin confiarse: «Cuando te lo creas, es cuando peor te puede salir todo porque te puedes dar un golpetazo»
Quizá, quien en otra época nos ‘mal conociera’ no hubiera apostado demasiado por un encuentro entre Roberto Lobato Villalón (veintitrés de agosto de 1993) y un servidor en las circunstancias en las que se ha sobrevenido el que estas líneas relatan. Y es que, Farolo no siempre fue el portero del Atlético Tordesillas ni yo siempre he sido un humilde ‘juntaletras’ en Blanquivioletas.
De hecho, y las memorias del I.E.S. Campos y Torozos así lo atestiguan, en los recreos de nuestra más tierna juventud era yo portero y él jugador. Sin embargo, la suerte deparó que no aprendiera nada de mí, razón por la cual, entre muchas otras, puedo hoy hacerle esta entrevista.
Roberto ‘Farolo’, es un ‘galán’ de Villabrágima que tuve la suerte de conocer hace años, pero además, y por si no lo sabían, es también el portero del segundo clasificado del grupo octavo de la Tercera División. Más por lo segundo, pero también algo por lo primero, viene motivada esta entrevista de quien ha luchado mucho para llegar a poder concederla.
Su carrera como futbolista comenzó a gestarse en las categorías inferiores del CD Rioseco, club del cercano pueblo a su Villabrágima natal, hasta que recibió la llamada del Betis de Liga Nacional. En su primer año como juvenil, y último en el club bético, cuajó una buena temporada, pero aun así, no contaron con él. Tras ello, un fugaz paso por el CD Sequillo de tan solo un año para volver a recalar en el club de la Ciudad de los Almirantes, esta vez ya en el primer equipo de la entidad siendo todavía juvenil.
Su llegada al Atlético Tordesillas se produce el año pasado en extrañas circunstancias, ya que se concretó tras el ascenso ‘tardío’ del equipo de la villa del Tratado a Tercera División y en medio de una vorágine de jugadores a prueba. Sin embargo, y desde el primer momento, Farolo se ganó la confianza del entrenador, por entonces, del conjunto rojiblanco, José Luis Fernández. El portero chivarro se siente agradecido tanto a sus padres, quienes permitieron su llegada al club de la Villa del Tratado, como al club por su llegada: «Sin la familia como apoyo no podría haber llegado al Tordesillas».
Y es que, Farolo ha crecido, bastante, desde que fuéramos compañeros en un terrible curso de tercero de ESO. Muchos años producen, también, muchos cambios. y a tenor de esto mi primera pregunta fue clara:
— ¿Qué es lo que ha cambiado en ti del Farolo compañero de Chusi al Farolo portero del Atlético Tordesillas?
— El trabajo, entre otras cosas. En el trabajo no es como en clase. Aquí si das guerra vas fuera. Quizás haya cambiado en eso, pero fuera sigo siendo igual de picón, me sigue gustando hacer rabiar a la gente.
Y sí, porque el Farolo que ahora habla de su trabajo en FASA Renault, es el mismo que se me echaba una (horrible) mano a la hora de acabar mis desastrosas láminas de Educación Plástica y Visual. El trabajo y el fútbol a un nivel superior, cosas que dice compaginar bastante bien pese a absorber mucho de su tiempo, le han hecho un hombre más responsable aún: «El fútbol a este nivel te hace plantearte las cosas de otra manera. Aquí hay que acudir a entrenar siempre que puedas». Lo dice quien, por motivos de trabajo, cuando no puedo acudir a los entrenos de tarde trabaja también a fondo su estado físico por las mañanas.
— ¿Se esperaba llegar Farolo a Tercera División? ¿Cómo fue ese salto?
— La verdad es que no me lo esperaba, fue repentino. Llegué tarde a la pretemporada, en la que estuvimos cuatro porteros.
— Sin embargo, él fue de los que se quedó. ¿Para cuánto tiempo? ¿Tiene algún techo o alguna meta Roberto como portero?
— Aun estando a gusto en el Tordesillas, muy a gusto, como futbolista siempre estás pendiente de que te puedan llamar de otro lado. Estando en Tercera siempre aspiras a más, pero, de momento, mientras pueda compaginar el estar en esta categoría y el trabajo, contento, muy contento, la verdad. Es sacrificado, porque yo puedo llegar a las once y pico a casa de entrenar y levantarme a las cinco de la mañana a trabajar.
— Trabajar, como tantos otros en Valladolid y provincia, en FASA; y sin embargo, entrenar lo hace a las órdenes de Jesús Turiel. ¿Cómo influye el que tu entrenador pase a ser un exfutbolista de élite? ¿Más motivación o más presión?
— Turiel, pese a ser quien ha sido, es muy cercano, el cuerpo técnico en general lo es. Sí que a lo mejor nosotros nos motivamos más para demostrarle que nosotros también valemos, pero él siempre nos intenta ayudar con la experiencia que él tiene.
Turiel, como entrenador del Atlético Tordesillas, es agente, sin duda, del cambio que ha experimentado el equipo de principio de temporada hasta ahora. Respecto a esto último, así se manifiesta el meta: «Hay muchos factores, muchas cosas. Por ejemplo, a Aranda fuimos doce jugadores, con la plantilla por hacer. En pretemporada éramos muchos y no sabías si el que estaba a tu lado un día lo iba a estar al siguiente».
Sin embargo, él sí sabía que iba a formar parte de la plantilla que hoy en día ocupa la segunda posición en liga. Este mérito quizás quede empequeñecido si a él le sumamos el revertir un mal inicio del campeonato con todo el maremágnum de problemas en confección de la plantilla y otros que ha habido. «Cuando los resultados acompañan, todos suman, todos arriman el hombro. La racha positiva de resultados ha sido importante para superar las adversidades».
— ¿El nivel de la Tercera División y de la Preferente ha descendido en los últimos años como tanto se comenta?
— Yo te puedo hablar más de Preferente por mi exequipo, por el Rioseco, al que sigo y de vez en cuando voy a ver. De cuando yo estaba a ahora, sí es verdad que ha bajado algo. En Tercera me han contado que es igual, que lo económico ha cambiado y que ya no habrá muchos cobrando mil y pico euros.
— ¿Cómo viviste los problemas del club del pasado año, que casi llevan a la desaparición.
— Con dudas. El año pasado los que estábamos nos juntamos y lo sacamos para adelante, otra cosa es lo que ahora se deba o deje de deber. Este año se están haciendo mucho mejor las cosas, se ve reflejado en todos los sitios. No hoy más que ver la gente que va al campo, cómo está este, el trato…
— Antes del enfrentamiento de este sábado frente al Villa de Simancas, la pregunta era clara. ¿Os lo tomáis como un derbi dentro del vestuario o como un partido más?
— Como un derbi, porque lo es, pero sabiendo que hay que salir enchufados. Ellos van a salir como leones y si no salimos fuertes nos pasan por encima. Llegamos en una racha muy buena y esperamos seguir en ella, que nuestra afición venga y nos apoye. Estamos entrenando todos a tope, estamos en una dinámica positiva, muy difícil de conseguir, pero ellos querrán salir de ahí abajo y nos está costando un poco ganar fuera de casa. Si no salimos enchufados, vamos a sufrir mucho.
Como buen vallisoletano, Farolo es seguidor del Real Valladolid. El pasado curso se enfrentó a su filial, en el que ve «jugadores válidos para subir al primer equipo» que están haciendo en Segunda B algo que «es difícil», rendir a un nivel altísimo pese a ser un recién ascendido.
Al primer equipo, le ve «luchando por las dos posiciones de arriba». Aunque, matiza. «Lo que pasa es que la baja de Roger les está pesando mucho en estas últimas jornadas. El otro día, con el partido controlado, pierden por no aprovechar sus oportunidades, como el mano a mano que tuvo Jeffren».
Futbolero como es, sigue otros niveles y se fija en los porteros. Le preguntamos por una duda que hoy es menos, si Keylor Navas o Iker Casillas. «Diría que Casillas, siempre he sido de Iker y he crecido con él. Ahora mismo, porteros como Courtois o Neuer están por encima de Casilllas. Bajo palos no ando mal, peor cuando salgo… Casillas». Y así, entre risas, podría haber terminado la entrevista, pero no.
— Actualmente no tienes representante. ¿Crees que influye en tu carrera?
— Este verano me han estado llamando unos cuantos, pero no he llegado a un acuerdo. También algún equipo te llama directamente. El estar sin representante no influye en mi rendimiento.
Esa posible de falta de ambición, que no es tal, puede hacer a Farolo y al Torde no creérselo del todo. Sin embargo, el portero chivarro arguye: «Yo nunca he sido de creérmelo. Lo que tenga que venir, bienvenido sea. Para eso debemos seguir trabajando todos. Cuando te lo creas, es cuando peor te puede salir todo porque te puedes dar un golpetazo. Lo principal es la salvación, el míster lo dice y nosotros también».
Acompañamos a Roberto hasta los campos de Canterac del Unión Delicias donde en la tarde/noche del miércoles veintiséis de noviembre se ejercitaba su equipo, el Atlético Tordesillas.
Quizás, quien nunca imaginó esta entrevista tampoco vaya a leerla, pero es posible que en la próxima ocasión se tope con la realidad de frente. Una realidad de la que es muy consciente nuestro entrevistado, Roberto Lobato Villalón, quien, a sus veintiún años, es mucho más que el portero del Tordesillas.