Cada vez hay más mujeres presentes en el mundo del fútbol, aunque todavía son minoría

El fútbol es, sin lugar a duda, el deporte rey en nuestros días. Los informativos deportivos le dedican la mayoría de su espacio, dejando de lado otros deportes. Eso sí, siempre se trata de fútbol masculino. ¿Qué pasa con el femenino? ¿No existe?
Sí que existe. Es más, hay una tendencia al aumento de mujeres que practican este deporte. No obstante, todavía es un número muy reducido con respecto a los hombres. La explicación se encuentra en el machismo que permanece ‘vivo’ en la actualidad. Frases como «el fútbol femenino ni es fútbol ni es femenino» ponen de manifiesto estos comportamientos.
Sin embargo, hay mujeres que a pesar de esta situación dan el paso y entran en el mundo del fútbol. Es el caso de Débora Rodríguez y de Alba Oliveros, entrenadoras de dos equipos de Valladolid. Ambas coinciden en señalar el machismo que existe en el fútbol, aunque tienen distintas formas de afrontarlo.
«Hay cosas buenas, aunque también se pasan malos ratos»
que ha entrenado en el Juventud Rondilla
Débora Rodríguez comenzó a jugar al fútbol sala de pequeña. Una lesión la apartó de los terrenos de juego, pero no fue por mucho tiempo. Empezó con quince años a entrenar a niños y hoy en día dirige a los benjamines del Juventud Rondilla C.
Su experiencia es satisfactoria, aunque el entorno complica las cosas. «Se sacan más cosas buenas que malas, pero también hay muchos malos ratos». Los padres son el principal foco del problema: realizan comentarios que no son adecuados, no confían en la entrenadora, critican las decisiones…
Débora tiene la suerte de contar con el apoyo de su club, aunque no siempre tiene todo el que necesita. «Hace un par de años me planteé editar unas normas para los padres. Al final el club me dio largas, hasta el día de hoy». El problema en muchos clubes es que peligra la cuota, por lo que los directivos deciden mirar para otro lado.
En estos seis años que lleva entrenando, Débora no ha notado el cambio. Si bien hay más niñas jugando últimamente, el comportamiento de algunos aficionados sigue dejando mucho que desear. En otros casos, los niños de los equipos contrarios son los que se comportan de esta manera, alentados por la conducta de sus padres.
En cuanto al título de entrenadora, Débora espera poder conseguirlo tras terminar la carrera. «Quiero sacarlo con tiempo, con tranquilidad». Echa de menos que desde la Federación Española se tomen las medidas para normalizar situaciones como la suya. «Hace falta. Buscamos igualdad pero no se nos dan facilidades».
La ilusión de la principiante
Alba Oliveros comenzó este año a entrenar al Alevín B del CD Victoria a raíz de una proposición de un amigo. Sus primeros meses como segunda entrenadora han sido buenos, aunque es consciente de que es un mundo muy duro. «De momento no he escuchado ningún comentario malo, aunque solo llevo cuatro partidos».
Cuando fue a hacer el examen de delegado, Alba se dio cuenta de la situación de las mujeres en el fútbol. «Ves una cola de cien personas y solo éramos dos chicas. Entonces piensas si este es tu lugar y si eres capaz de hacerlo«.
equipo al que entrena
Al igual que Débora, Alba cuenta con el apoyo de su club. «Están muy contentos de tener una chica entrenando». Además, los niños se han adaptado muy bien a esta situación y la tratan como a una más. «Incluso me pegan más fuerte que a los demás», señala.
«No me he planteado sacarme el título de entrenadora, aunque me encantaría», afirma Alba. En Europa, Patricia González, seleccionadora sub 19 y sub 21 de Azerbaiyán, es toda una referencia en lo que a táctica se refiere, y, sin ir más lejos, no es extraño verla cerca de Pep Guardiola. Sin embargo, no hay muchas que lleguen tan alto.
Alba sí que es consciente de le miran «raro», aunque lo ve algo normal. «No es que sea malo, es diferente». En su opinión, «los medios de comunicación influyen en ese machismo porque solo se acuerdan del fútbol femenino cuando se trata de algún premio».
«El futuro es femenino. Llegará un momento en el que habrá tantas mujeres como hombres jugando al fútbol, ofreciendo espectáculos de igual o mayor calidad y belleza». Estas palabras de Joseph Blatter, presidente de la FIFA, invitan al optimismo aunque todavía queda mucho por hacer.