El Real Valladolid Promesas juega este fin de semana contra el Sporting de Gijón B, uno de los veintiún filiales que compiten esta temporada en la Segunda División B
Foto: Rosa M. Martín
El Real Valladolid Promesas juega este fin de semana el primero de los cuatro duelos que tendrá este curso ante rivales de su misma condición. Será el sábado a partir de las cuatro y media de la tarde en Mareo, ante el Sporting de Gijón B.
Más tarde, el último fin de semana de noviembre, se verá las caras con el otro, el Real Club Celta B; primero, en Los Anexos. En la segunda vuelta, a falta de cuatro jornadas para el final, devolverá la visita a los vigueses, ocho partidos después de que los asturianos hagan lo propio.
Este Grupo I de la Segunda División B, en el que militan los tres conjuntos, es en el que menos filiales compiten. El Sporting B ya estaba en la categoría y el Real Valladolid B y el Celta B son recién ascendidos, los celestes, previa compra de la plaza que correspondía de pleno derecho al desaparecido Ourense. En total, en el tercer escalón del fútbol patrio, compiten veintiuno.
Esto supone que un cuarto de los ochenta equipos de este nivel dependen de un superior. Y a ellos hay que sumarle el filial del Fútbol Club Barcelona, que está en Segunda y se enfrentará este curso al primer plantel del Real Valladolid. Pero volvamos a los grupos: el segundo es el que más filiales tiene, hasta siete; a saber, el Real Madrid Castilla, dirigido por Zinedine Zidane, elGetafe B, Bilbao Athletic, Real Sociedad B, Atlético de Madrid B –donde están Iván Alejo y Zubi–, Las Palmas Atlético y el Rayo Vallecano B del exblanquivioleta Nacho Pérez.
Le sigue de cerca el grupo tercero, con seis filiales, donde aparecen los nombres de Espanyol B, Real Zaragoza B, Mallorca B, Valencia Mestalla, Elche Ilicitano y Villarreal B. Entre este grupo y el del Promesas, se encuentra el cuarto grupo, en el que juegan el Almería B –donde milita un ex del Promesas, Rubén Díaz–, y los filiales de Sevilla, Córdoba, Betis y Granada.
Debate abierto
El tema de la presencia de los filiales preocupa tanto a los clubes como a los aficionados de las categorías en las que luchan. Las cifras, que cada año van en aumento, han llegado a un techo histórico esta temporada, superando la veintena. Un problema porque se cree que desvirtualiza la competición y hace que la categoría tenga menos interés.
Las soluciones se han planteado aunque sin éxito hasta la fecha. Se pide imitar al modelo inglés, donde existe una liga de reservas entre los equipos de este tipo, o al alemán, donde la existencia de equipos filiales está más controlada. Sin embargo, la Federación ha preferido seguir manteniendo el estatus actual, básicamente por una cuestión pagos. Para el ente federativo, este tipo de equipos no genera tantos problemas a la hora de realizar los pagos a futbolistas como otros ‘independientes’, lo que invita a pensar que, pese al debate, abierto, seguirán compitiendo en las mismas condiciones que el Real Valladolid B en la actualidad.