El conjunto carbayón llegará a su encuentro con el Promesas en el Nuevo José Zorrilla como líder del Grupo I de la Segunda División B
Por primera vez desde la caída de su equipo al pozo del fútbol español, la afición del Real Oviedo vuelve a saborear las mieles del deporte rey. Tras años de inestabilidad, la comunión entre la grada, el equipo, los dirigentes y las instituciones, con el empuje extra del Grupo Carso –máximo accionista de la entidad– hace posible que el equipo de la capital del Principado empiece a ver la luz al final del túnel, del cual esperan poder salir en la presente temporada.
Muy atrás empiezan a quedar las glorias de un equipo que a principios de los para muchos añorados años noventa vivía su mejor momento deportivo. El paso de la década y la llegada del fútbol moderno fueron convirtiendo al Real Oviedo en el mejor ejemplo de lo que ha supuesto para el deporte rey la irrupción de las Sociedades Anónimas Deportivas. Fichajes desconocidos a alto precio, deudas millonarias, embargos… y como consecuencia de todo ello un doble descenso administrativo que otorgó al conjunto carbayón el dudoso honor de ser el primer equipo en pasar en solo dos temporadas de Primera a la Tercera División, debido a un doble descenso administrativo poco después de sufrir uno anterior en el terreno de juego.
Fue el comienzo de una debacle económica, deportiva e institucional que ha llevado al Real Oviedo a pagar por sus errores del pasado durante los últimos doce años, que son los mismos que lleva el conjunto azul sin pisar lo que antes del inicio del presente siglo era su hábitat natural, la Liga de Fútbol Profesional. Una sucesión de pésimas gestiones ha imposibilitado al equipo de la capital del Principado alcanzar el sueño que su afición repite cada domingo en las gradas, que no es otro que el de volver a ocupar un puesto entre los mejores.
Pero todo parece que ha empezado a cambiar desde que, en noviembre de 2012, cuando el Real Oviedo agonizaba por segunda vez desde su caída a Tercera División, el multimillonario Carlos Slim a través de la figura de su yerno, Arturo Elías Ayub, se fijaba en una entidad que había sido capaz de recaudar dos millones de euros, en una ampliación de capital a vida o muerte, gracias a su siempre incansable afición que. no solo había movilizado su propio dinero, sino que también había conseguido que aficionados al fútbol de más de 50 países se sumasen a la causa, aprovechando la viralidad de las redes sociales.
Tras dos temporadas en las que el Grupo Carso, estudió las complejidades de este peculiar club desde fuera –después de realizar una inversión de dos millones de euros–, el pasado mes de enero lo comenzó a hacer desde dentro, primero enviando a Oviedo a un hombre de confianza, el exjugador y entrenador de fútbol mexicano Joaquín del Olmo, que se convirtió en el asesor de la dirección deportiva. Y, posteriormente, eligiendo al argentino Sergio Egea como entrenador el pasado verano.
Tanto del Olmo como Egea forman junto al director deportivo de la entidad azul, el segoviano Carmelo del Pozo, la cabeza visible de un proyecto que viene avalado desde México, con un máximo accionista, Arturo Elías, preocupado personalmente de que el Real Oviedo abandone de una vez la Segunda División B.
Una plantilla de garantías
a Esteban en su retorno al Real Oviedo || Foto: rocf1926
Para dar forma a este proyecto, llegaron a Oviedo el pasado verano una serie de jugadores con mucha experiencia tanto en Segunda División como en la máxima categoría del fútbol español.
El primero de estos fichajes era obligado desde hace años, el cancerbero Esteban, canterano del Real Oviedo con más de 250 partidos en Primera División. El meta avilesino, de 39 años, llevaba tiempo manifestado su deseo de volver a jugar antes de retirarse en el equipo de sus amores, y lo hará durante los dos próximo años asumiendo desde el primer día el rol de ser una pieza clave en el vestuario azul. Viene de jugar todos los minutos del pasado curso en Primera bajo los palos del Almería.
Esteban fue el primero en llegar, y sirvió de llave para posibilitar que el conjunto azul pudiera seducir a otros jugadores con una más que sobrada experiencia en categorías superiores. Ese es el caso de David Generelo, un centrocampista con más de cien partidos en Primera División, repartidos entre el Real Zaragoza, Nàstic de Tarragona y el Elche. La pasada campaña militó en otro histórico, el Mallorca.
Otro de los fichajes de renombre del equipo carbayón es un viejo conocido de la afición pucelana al que no le fue demasiado bien a las orillas del Pisuerga, se trata de Héctor Font. El castellonense jugará por primera vez en su vida en la Segunda B tras repartir su trayectoria deportiva entre Primera y Segunda, en equipos como el Villarreal, Osasuna, Xerez, Recreativo de Huelva, Lugo, Hércules –su último equipo–, además del Real Valladolid. Hasta el momento está siendo uno de los jugadores más destacados, aportando calidad entre líneas.
Una de las incorporaciones que más ha ilusionado a la afición carbayona ha sido la del centrocampista Jonathan Vila, ya que hasta la primera vuelta de la pasada temporada estaba jugando en Primera División, en el Real Club Celta. A sus veintiocho años, le llega el reto de ser uno de los pilares básicos de un equipo de Segunda B, categoría en la que recala tras un breve paso por el Beitar de Jerusalén. Aunque llegó como centrocampista está alternando esa posición con la de central, demarcación en la que ya jugó con el Celta.
También llegó para reforzar el lateral zurdo Dani Bautista, un futbolista con diez temporadas en Segunda División, en equipos como el Eibar, Celta, Racing, Recreativo y Murcia. Con los onubenses llegó a disputar dos temporadas en Primera División.
No ha jugado en Primera División pero acumula una importante trayectoria goleadora en Segunda División el ariete Miguel Linares, pichichi del conjunto azul. El zaragozano ha jugado en las cinco últimas campañas en la Liga Adelante, repartiendo su actividad en tres equipos, Salamanca, Elche y Recreativo, con los que anotó un total de 32 goles. Por ahora en el Real Oviedo lleva anotados cinco goles en otros tantos partidos.
El resto de los fichajes del conjunto azulón no tienen tanta experiencia en categorías superiores, pero son jóvenes promesas a los que la Segunda B parece que se les puede quedar pequeña, como son el portero Gorka Magunazelaia (Bilbao Athletic), el lateral derecho Nacho López (Real Avilés), el central Sergio Sánchez (La Hoya de Lorca), el centrocampista Omgba (Elche Ilicitano) y el extremo Borja Valle (Ourense).
Todos ellos se unen a los únicos siete jugadores que se mantienen en la plantilla de la temporada anterior, de los cuales cinco han jugado en Segunda División; el central David Fernández (en el Guadalajara), el interior zurdo Eneko (Sabadell), el centrocampista Jon Erice (Málaga, Huesca, Cádiz y Guadalajara), el interior diestro Susaeta (Eibar, Salamanca, Rayo y Guadalajara) y el exdelantero del Promesas Sergio García (UD Salamanca). Los tres últimos también acumulan una presencia testimonial en Primera con el Osasuna, el Rayo Vallecano y el Real Valladolid, respectivamente.
No ha jugado aún en la LFP el mediapunta catalán Josep Señé, que cumple su tercera temporada en el Real Oviedo tras llegar al conjunto azul procedente del Real Madrid C. A sus veintitrés, años espera que esta sea la temporada de su consolidación, aunque tendrá que hacer frente a una competencia que en los otros años no tenía.
El otro superviviente de la plantilla de la pasada temporada es el delantero Diego Cervero, el buque insignia, que en 2003 fuese uno de los pocos jugadores que, procedente de la cantera, apostó por firmar con el primer equipo, pese a que no estaba garantizado que el Real Oviedo pudiese salir a competir en Tercera División. Con 84 goles anotados en sus últimas cinco temporadas en Segunda B (50 en tres años con el UD Logroñes y 34 en dos con el Real Oviedo) se repartirá la figura de líder oviedista del vestuario con Esteban, si bien la llegada de Linares le ha relegado al banquillo.
A todos ellos se suman canteranos como Diegui, Óscar Ruiz o Lucas Ahijado que esperan la oportunidad para demostrar su valía, como ya hicieran en la Copa del Rey ante el Amorebieta.
El 4-2-3-1, el esquema preferido
Sergio Egea es de esos técnicos a los que les gusta tocar lo menos posible al equipo cuando las cosas van bien. En pretemporada apostó por alternar el 4-4-2 con el 4-2-3-1, pero, en lo que va de temporada, ha optado por repetir constantemente el segundo de los esquemas, con el objetivo principal de dar cabida en él a un Héctor Font que se encuentra en un gran estado de forma en la posición de mediapunta.
Sin embargo, el técnico argentino podría no disponer de Generelo, lesionado en el último encuentro liguero ante el Guijuelo, lo que le obligaría a introducir una variación, que bien podría ser un cambio de hombre por hombre, entrando el camerunés Omgba por Generelo en el centro del campo, o que el central Sergio Sánchez sea de la partida, pasando Jonathan Vila al centro del campo.
El once inicial podría el siguiente: Esteban; Nacho López, David Fernández, Jonathan Vila o Sergio Sánchez, Dani Bautista; Erice, Omgba o Jonathan Vila; Susaeta, Héctor Font, Sergio García y Linares.
El Real Oviedo es un conjunto que combina el juego por el exterior –con dos laterales que se incorporan mucho al ataque como son Nacho López y Dani Bautista– con el juego por dentro, gracias a la asociación del doble pivote con Héctor Font y Susaeta, que aparece en posiciones interiores. Sergio García aporta desmarques en ruptura en beneficio de la segunda línea y del punta, Linares, que lleva cinco goles. Hasta el momento, los azules han exhibido un fútbol de toque, con mucha posesión y combinaciones rápidas.
Pasado blanquivioleta
Además de Héctor Font, que vistió la zamarra pucelana en la 2009/10, destaca el estado de forma de otro exblanquivioleta, el delantero Sergio García, que en el Real Oviedo está jugando tanto en la banda derecha como en la izquierda. El zamorano disputó tres temporadas con el Promesas en Segunda B y llegó a debutar con el primer equipo en la misma temporada que Font, la 2009/10.
También tiene pasado pucelano el entrenador ovetense, Sergio Egea, que cogió los mandos del Promesas en la 1999/2000, sustituyendo a Manuel Ángel Muñiz. El argentino no pudo evitar que el filial descendiese a Tercera y no continuó la temporada siguiente.