El capitán Javier Baraja invoca la imagen ofrecida ante el Real Madrid en el Benito Villamarín. Humberto Osorio agradece a Dios la oportunidad de marcar el gol del empate
Javier Baraja lleva acumulados en la actual temporada cerca de la mitad de minutos -512- que el siguiente mediocentro del Real Valladolid con menos tiempo en el terreno de juego, Sastre. Resignado a ser el hombre parche, ha reconocido haber tenido fortuna en disponer ayer de diez minutos en los que sirvió un balón, desde el saque de esquina, que embocó a gol Humberto Osorio. «Es una satisfacción jugar, aportar», confiesa con un rictus inanimado. Pasa de puntillas sobre el molesto debate acerca de su participación en el verde y focaliza la atención en la relevancia de un punto «que puede ser definitivo en la lucha, para conseguir la permanencia cuanto antes».
Un empate que adquiere visos de trascendencia porque saca al conjunto pucelano del descenso y le eleva tres posiciones, hasta la decimosexta, empatado a puntos con Getafe y Almería, a los que gana la media particular de goles. El que provocó el mediocentro vallisoletano, pocos minutos más tarde de sustituir a Víctor Pérez, llegó despues de que los blanquivioleta se desprendieran del «miedo a fallar» y el Real Madrid redujera el nivel de revoluciones. «En la segunda parte se vinieron un poco atrás y empezamos a mandar», ha analizado.
Sin tiempo para desconectar, el conjunto dirigido por Juan Ignacio piensa en el siguiente compromiso, el domingo a las siete de la tarde, en el Benito Villamarín. El capitán pucelano espera que el trabajo enseñado en Zorrilla pueda viajar con ellos más allá de la avenida Mundial 82, un acompañamiento que solo se ha producido en la única victoria pucelana a domicilio, en el Estadio Municipal de Vallecas (0-3). «Tenemos que ir a más del cien por cien. Fuera no hay las mejores sensaciones, pero nos jugamos la temporada», ha sentenciado. Baraja alerta de la energía que irradiarán los futbolistas béticos «por el orgullo ante su afición y propio».
Los blanquivioleta, no obstante, tampoco estarán desamparados, ya que los seis autocares fletados por la entidad vallisoletana están completos. El centrocampista saluda el apoyo de la hinchada, «que se está volcando». y afirma que el empate arrancado a los blancos los ha acercado un poco más a los seguidores.
Humberto Osorio: «Cuando marqué, pensé en que Dios es grande»
Que la fe y la creencia en Dios guían la vida de Humberto Osorio no supone una sorpresa para los seguidores pucelanos. En un año que ha definido como difícil, cuyo protagonismo ha sido pobre en los planes de Martínez, se ha convertido en el segundo máximo artillero, con cuatro goles en 458 minutos. Moderado en palabras, ha revelado que en lo primero que pensó al anotar el gol a Iker Casillas fue en Dios. «Pensé que Dios es grande y me dio la oportunidad de marcar goles». Aunque por su apocado tono de voz se podría sugerir que pasa sus días con un yugo de tristeza en los hombros, mantiene esperanzas en poder ayudar al equipo a conseguir la salvación, y que éste salga al Benito Villamarín «para correr más que nunca».
-«Sacamos la casta de un equipo que no quiere descender», expresó el cafetero. Ante el Betis, los castellanos podrán repetir la gesta que los salvó en la campaña 2008/09 de caer a Segunda, con un gol de Aguirre.
La participación de Manucho contra el Betis, en el aire
El angoleño, quien sufrió un esguince de rodilla ante el Espanyol el pasado sábado, aún continúa recuperándose para integrar la expedición blanquivioleta a Sevilla, pero «es duda». En el entrenamiento que ha tenido lugar en Los Anexos al José Zorrilla, además del ariete, Álvaro Rubio y Bergdich no se ejercitaron «por precaución», según indican fuentes del club.
Mañana, a las diez y media, la primera plantilla regresará al trabajo, aunque lo hará a puerta cerrada en el coliseo pucelano. Posteriormente, Juan Ignacio Martínez ofrecer una rueda de prensa.