El motor del Promesas también destaca por su corta altura

Las grandes esencias se guardan en frascos pequeños. El famoso dicho les sirve a la perfección a algunos jugadores del Real Valladolid B. Concretamente, a los hombres que actúan entre la defensa y Rubén Díaz. Todos se caracterizan, además de por su calidad y entrega, por su altura.
Comenzando por el enganche con la defensa, los centrocampistas realizan su función saliendo con el balón desde atrás. Incluso, en muchas ocasiones, colocándose a la altura de los centrales. Esta temporada han sido cuatro los que se han disputado las dos posiciones. Anuar y Alberto parecen haberse hecho fuertes. Aunque cuando Torres Gómez no ha podido contar con ellos, Álex y Clyde han cumplido. De hecho, Álex fue titular durante muchas jornadas.
Alberto y Anuar se complementan bien, ya que poseen características diferentes. El primero, el incansable pelirrojo, es puro músculo y garra. Por su parte, el ceutí es el que aporta más calidad en la pareja. Lo mismo ocurre con Clyde y Álex, donde el camerunés es el fuerte y el segundo el mejor amigo del balón.
En la siguiente línea, unos metros por delante de los centrocampistas, encontramos a Amaro como uno de los símbolos del Promesas. Las lesiones no han respetado al salmantino, que ha aparecido muy poco en lo que va de temporada. Pero cuando lo ha hecho, ha sacado a relucir su calidad. Incluso, en alguna ocasión ha sido partícipe directo de las victorias blanquivioletas. En su reaparición se ha encontrado con mucha competencia y ha tenido que adaptarse a jugar en banda.
Vadillo y Keven son los otros dos que actúan en la mediapunta. El primero ha sido el que ha contado con más oportunidades, ya que ha sido el que más veces ha estado a disposición del entrenador. Mientras, el internacional con Canadá acusó la presencia en la pasada Copa de Oro. Su participación en aquella competición le hizo tardar en acoplarse al grupo. Junto a Amaro, estos jugadores son los que hacen de enganche entre el medio del campo y la delantera.
Por las bandas aparecen Zubi, Teto y Juanjo. Este último ha tenido que retrasar su posición, ya que llegó a Valladolid como delantero. También ha jugado por detrás de Rubén Díaz, cumpliendo en todas las posiciones. Es uno de los que más ha evolucionado con el paso de las jornadas. Su velocidad y entrega le ha hecho ganarse la confianza de Torres Gómez.
Otro de los que está ofreciendo una buena versión es Teto. En su nueva etapa como blanquivioleta sigue aportando la calidad que le caracteriza, pero también ha aprendido a saber elegir. El cacereño ha mejorado en su físico y es uno de los indiscutibles en el once. Además, con las bajas en el lateral izquierdo, se ha adaptado a esa posición y, cuando se sitúa ahí, ayuda al equipo a sacar el balón desde atrás.
En el lado opuesto de estos dos últimos se encuentra Zubi. Es el único jugador del filial que ha debutado con el primer equipo en la presente campaña. Desde aquella aparición ha desaparecido de los planes de Juan Ignacio Martínez. En Tercera División se le ve sobrado en cuanto a calidad, pero en las últimas semanas se le ha notado un poco desganado. Eso le hizo perder la titularidad en el último partido frente al Beroil Bupolsa. Pese a ello, el equipo espera recuperarlo anímicamente para afrontar el último tramo de la temporada.
El Promesas es líder de su grupo y sueña con el ascenso a Segunda División B. En las próximas semanas tendrá una dura carga de trabajos, puesto que el miércoles veintitrés también tendrá competición. Para conseguir el ascenso, Torres Gómez necesitará el máximo rendimiento de todo el equipo. Y, también, por supuesto, la calidad de esos ‘jugones’ bajitos.