El extremo no termina de arrancar tras salir de la lesión

La marcha de Patrick Ebert dejó al Real Valladolid sin ese punto de calidad que tanto necesita un equipo. El alemán fue uno de los hombres más importantes en la pasada temporada. Sus goles y asistencias ayudaron al conjunto blanquivioleta a conseguir la permanencia.
Con la llegada de Jeffren Suárez parecía que esa baja no se iba a notar, pero ha resultado ser todo lo contrario. Los vallisoletanos han perdido puntería en las jugadas a balón parado.
El hispano venezolano debutó con la albivioleta frente al Elche. Salió en el descanso y tuvo que retirarse lesionado antes de tiempo. Pero en los minutos que disputó hizo que la parroquia pucelana se ilusionase con su juego. Un par de regates, una ocasión y una asistencia a Osorio de saque de esquina fueron los puntos destacados del extremo.
El lanzamiento de córner puesto a la cabeza de su compañero para que marcara también dio esperanzas al público de Zorrilla. Pero llegó la lesión, que le ha dejado más tocado de lo que se podía esperar, y, desde entonces, le cuesta arrancar en el sprint. Se le ve con el freno de mano echado. El miedo a romperse de nuevo le ronda en la cabeza. Es por ello que no termina de despuntar.
Aunque, bien es cierto, a balón parado volvió a aportar en el choque frente al Rayo Vallecano. Otra vez con un saque de esquina en el que la defensa madrileña metió el balón en su propia portería. En esa ocasión salió desde el inicio, al igual que en el siguiente encuentro frente a la Real Sociedad. En ambos se le notó la falta de ritmo y tuvo que ser sustituido. La ausencia de minutos en su último año le está jugando una mala pasada.
La lesión en el día de su estreno no le ha dejado volar como le hubiera gustado. En su presentación, confesó que su punto fuerte era la velocidad, pero no termina de meter la quinta en sus arrancadas. Quizá la preparación física en el encuentro ante el Elche no fue la adecuada, aunque gran parte de culpa tuvo el mal estado del césped de Zorrilla aquel día.
Los pocos acelerones que realiza en los partidos pueden aprovecharse más en los segundos tiempos, cuando los rivales están más cansados. Porque, pese a que no da el máximo en los sprints, sus carreras siguen siendo potentes. En cuanto al balón parado, el equipo de Juan Ignacio parece haber encontrado un ejecutor. Al menos en los saques de esquina, donde la efectividad es buena con el extremo.
El Real Valladolid sigue esperando ese punto de calidad que necesita para lograr la permanencia en Primera División. Jeffren continúa trabajando para mejorar. Es consciente de que las cosas no le salen y por ello tiene el orgullo picado. Los blanquivioletas necesitan sus arrancadas, regates y centros para seguir una temporada más en la máxima categoría del fútbol español.