Tres temporadas de corto con la elástica blanquivioleta y una prometedora carrera como entrenador hacen que Javi Gracia sea una de las promesas de los banquillos españoles. Ahora en Osasuna y en el futuro, quién sabe, si en el Real Valladolid

Montaje: Jesús Berzosa
Fueron unas temporadas históricas dentro del Real Valladolid. Exactamente en la temporada 1993/94 llegaba un joven centrocampista navarro llamado Javi Gracia. En esa campaña, el equipo blanquivioleta regresaba por quinta vez a la máxima categoría del fútbol español. Allí coincidió con un elenco de futbolistas para la historia más reciente. Se mezclaron en el vestuario nombres como el de Amavisca, Alberto López Moreno y un joven Iñaki que desbordaba como los ángeles por su banda y que le catapultó al Valencia.
Javi Gracia era un jugador con toque, con pausa, jugadores tipo que han pasado por el Real Valladolid. Era el Álvaro Rubio de aquella época para nuestros lectores más jóvenes y que algunos tuvimos la suerte de poder disfrutar junto con los goles de Alberto y las internadas de Jose Emilio Amavisca.
El jugador navarro estuvo en aquella eliminatoria de promoción frente al Toledo para no descender en 1994 y se fue en la no menos conocida temporada de 1995. Aquella campaña se bajó en el terreno de juego, pero se consiguió la permanencia en los despachos, gracias en buena parte gracias a la gestión de Marcos Fernández, en la que históricamente se conoció como «La Liga de los veintidós». También en 1995 se creó la Federación de Peñas del Real Valladolid.
Con el Real Valladolid jugo 65 partidos en los que anotó dos goles. Procedía del Lleida y del club blanquivioleta se fue rumbo a la Real Sociedad, donde jugó sus mejores años como futbolista. Después continuó su carrera en Villarreal, para concluir su periplo en el Córdoba en el año 2004. Javi Gracia era la extensión del entrenador en el campo, tal y como le sucede a muchos de los jugadores de nuestra liga, y por eso quiso continuar y comenzar su carrera en los banquillos, aplicando el estilo de juego del toque, de la posesión del balón a los equipos que dirigiría en el futuro.
De Pontevedra a Pamplona
En tierras gallegas comenzó su andadura como entrenador, concretamente en la temporada 2007/08. Bajo su mandato en el cuerpo técnico, estuvo a punto de lograr el ascenso a la Liga Adelante y el buen sabor de boca que allí dejó, hizo que el Cádiz se fijara en Javi para comandar a un histórico del fútbol español. Muy bien le salió la jugada a la directiva gaditana, pues con Gracia en el banquillo se ascendió a la Liga Adelante en la temporada 2008/09. En 2010 fue despedido por una serie de malos resultados en el equipo andaluz.
Estos dos periplos no pasaron desapercibidos por los dirigentes del Villarreal -acostumbrados a fichar promesas- y le ofrecieron dirigir el filial del ‘submarino’ en la temporada 2010/11, donde curiosamente se enfrentó al Real Valladolid en la división de plata del fútbol español. La mala fortuna hizo que fuera destituido de su cargo cuando solo restaban cinco jornadas para la conclusión de la temporada.
Javi Gracia emigró a tierras griegas para dirigir al Olympiakos Volou y al Kerkyra F.C. en la temporada 2011/12. Su recompensa llegó en junio de 2012. La UD Almería, conocedora de su trayectoria, le ofreció un proyecto en el que se creía y en el que Javi no defraudó. A pesar de no poder ascender de forma directa a la Liga BBVA, se ascendió en el ‘play-off’, tal y como hizo el Real Valladolid una temporada antes.
Cuando todo parecía que el entrenador navarro dirigiría la nave andaluza por la máxima categoría, diferencias con la directiva hicieron que el actual entrenador, Francisco, tomara las riendas del Almería y Javi Gracia se quedara sin equipo.
El destino hizo que el cuatro de septiembre de 2013 sustituyera a otra persona muy vinculada al Real Valladolid, nada más y nada menos que a José Luis Mendilibar. El entrenador de Zaldívar tan solo duró tres partidos en la temporada actual. Javi Gracia se hizo cargo de los ‘rojillos’ e imprimió su estilo de juego y, aunque se mantiene en la lucha por la permanencia como el equipo blanquivioleta, la casualidad hace que este viernes se dispute una auténtica final entre su exequipo, el Real Valladolid, y el club de su tierra, el CA Osasuna.