Después de intentar acometer su fichaje en enero y de varias semanas de negociaciones, el Real Valladolid se ha hecho con el centrocampista italiano en calidad de cedido.
Ya está aquí Fausto Rossi ‘El deseado’, el que tantos días ha dado que hablar; el Gareth Bale blanquivioleta. Después de muchos días de incertidumbre, de si vendrá o no vendrá, de si lo firmará hoy, mañana o pasado, el centrocampista italiano ha firmado por el conjunto vallisoletano hasta final de temporada. Llega en calidad de cedido por la Vecchia Signora y el Real Valladolid se reserva una opción de compra que asciende a un millón y medio de euros. Pagará, además, en torno al 75% de su salario.
Viene a reforzar la tan ansiada posición de mediocentro, donde el equipo necesita desde hace tiempo un recambio para Víctor Pérez; un jugador de corte ofensivo, creativo, que tenga la capacidad de distribuir el balón con tino y conectar con acierto con la vanguardia del equipo. No es, sin embargo, en la franja ancha del campo donde más se ha desenvuelto a lo largo de su trayectoria, sino unos metros por delante, más resguardado, bien como interior o como mediapunta.
En su primera ofensiva por sus servicios, allá por enero, definió a Fausto Rossi como un jugador «con criterio» y «adecuado» para el modelo de juego que el equipo practicaba con Miroslav Djukic y pretende practicar Juan Ignacio Martínez.
Para el Real Valladolid, no se trataba de un refuerzo «demasiado caro», situación que puede haber cambiado ligeramente, ya que aquella pequeña parte de la que hablaba el director deportivo se ha convertido en la práctica totalidad de su salario, según diversas fuentes. En enero no llegó porque el Brescia, donde jugaba, no pudo encontrar un recambio para dejarle salir. Ahora, tras hacer la pretemporada con la Juve, y habida cuenta de que en su primer plantel no tiene sitio, seguirá fogueándose en España.
Nacido el dos de diciembre de 1990, mide 1’75 y pesa setenta kilos. Maneja las dos piernas, si bien tiene una mayor destreza con la derecha, lo que no le impide jugar a pie cambiado, en el costado izquierdo, al más puro estilo Alberto Bueno en sus últimos tiempos como blanquivioleta. Como el madrileño, hasta ahora, se le ha visto como una, gran promesa, como demuestran sus internacionalidades, aunque, a la vez, algo irregular.
En la última Eurocopa de la categoría sub 21, donde España volvió a alzarse con la victoria, cuajó una gran actuación y fue -pese a su suplencia en los primeros encuentros- uno de los hombres más destacados del combinado azzurro. Solo la España de Íñigo Martínez, Koke, Thiago, Tello e Isco, recientes internacionales absolutos con La Furia Roja, le apartó en la gran final de hacerse con el campeonato.
Anteriormente, en la Juventus primavera, equipo filial del club bianconero, su nombre había sido señalado en rojo como una de los más firmes estiletes de la cantera juventina, donde llegó a ser capitán. Y es que, al contrario que Alberto Bueno, con quien se le ha comparado anteriormente, tiene un fuerte carácter que le permite ser un líder, una determinación que a buen seguro facilitará su acoplamiento.
Asimismo, se muestra sacrificado en defensa, condición que le permite, en efecto, desenvolverse en el centro del campo, como se ha visto con Italia, aunque no haya sido la posición donde más ha jugado en su carrera. Deberá, por tanto, terminar de hacerse a jugar en ese doble pivote tan habitual en el fútbol español, sea puro o escalonado, algo que ya ocurrió con Víctor Pérez, sin ir más lejos, a su llegada a la ciudad.
Después de darse a conocer como stagiere de la Juventus, de jugar en el Vicenza y el Brescia en la Serie B, da el gran salto saliendo del calcio, en dirección a un Real Valladolid cuyo fútbol se ajusta a sus cualidades y donde, para quedarse, deberá seguir creciendo.
Por el momento, suma setenta partidos en tres temporadas como profesional, todos ellos en la equivalente a la Segunda División española. En Pucela ha de luchar por acercarse al centenar; por hacerse un hueco allí donde el físico de Víctor Pérez limita, en ocasiones, el juego del equipo. Él, Fausto Rossi, ‘El Deseado’, debe poner fin estos límites. Su futuro pasa ser continuidad y faro; por demostrar por qué el ferviente anhelo. Y, por qué no, por renovarlo.