Jesús A. Zalama se refiere a la conversión de la mera anécdota relativa a los grandes en noticia, lo que provoca la desatención del pequeño… y la molestia en sus aficionados.
¡Hola! Muy buenos días. La noticia saltaba esta mañana a eso de las ocho y media. Cristiano Ronaldo, guapo donde los haya, ¡ha orinado fuera de la taza!
No, no me he vuelto loco; aunque no descarto que acabe con la mente más desviada que el rigor y la originalidad informativa de los principales medios deportivos en España.
Tampoco es que usted haya leído mal; sobre las líneas principales de esta pieza podría sustentarse el próximo titular que usted vea, escuche, o lea en cualquier medio generalista.
Vivimos en una dictadura informativa continua, en la que lo que parece ser una anécdota se transforma en la mayor de las noticias, en el más espectacular de los reportajes; en el más vivo debate.
Es #lamentable la vorágine desinformativa que los medios generalistas nos proporcionan a través de Madrid y Barcelona, pero, puesto que es el equipo en el que se centra la llamada ‘Central lechera’ la que nos visita este sábado, mostraré hacia ellos el odio entrecomillado y cercenado que tantos les profesamos. Desde el cariño y lo políticamente correcto, claro está.
He visto más veces recoger a Cristiano Ronaldo un Audi que a Fernando Alonso subirse en su Ferrari. La rotonda de entrada a Valdebebas concentra más medios que la Puerta de Alcalá. Podría describir todas las botas que Casillas ha utilizado desde que a César Sánchez, mira por donde, le mandó al banquillo. Cuando veo una boda, ya no observo invitados; veo a Xabi Alonso trajeado por todos lados.
Todavía hay algún individuo que se atreve a parlamentar «que si condensan tanta información y minuto televisado es porque mueven más dinero, y masa social». Aunque siendo ecuánimes, puede que a este individuo sí le interese ver a Cristiano Ronaldo en calzoncillos o a José Mourinho poniendo morritos frente a la cámara…
Más triste que el estado de ánimo de CR7 es ver como nos alimentan de carnaza sucia, podrida. De cómo nos venden la moto y salimos (salen) tan contentos con ello. Ahora nos embudan sobremanera la tensión entre Mou y Florentino: No sé tan siquiera si esto será verdad o no, y me trae sin cuidado, pero sé que hay un equipo en la ciudad del Turia que de quebrado que se encuentra, muestra las cosquillas por sus rendijas. Pero claro, eso no merece investigación, porque no sea que Cristiano vuelve a mear fuera en lo que cogemos el AVE.
A pesar de todo, no descargaré sobre estos profesionales toda la frustración que se puede agolpar en un tema, en realidad tan banal, como el referido. Más aún, cuando ellos muchas veces nos sirven la carnaza, pero no la cocinan.
Los chefs de la cocina, en demasiadas ocasiones, son los propios protagonistas de las noticias, que lejos de convidarnos a una sofisticación culinaria, nos sirven en frío lo más deplorable del condimento humano. ¿Qué es eso de salir cuarenta minutos antes de un encuentro para comprobar la reacción de la afición del club en el que trabajas? ¿Cómo se puede estar triste por cobrar millonadas jugando, repito, jugando, a lo que más te gusta?
Encuentro #lamentable la actitud de ciertos personajes, dado que es en lo que se acaban convirtiendo, en el entorno del fútbol. Y el Real Madrid contempla la mayor marioneta del circo mundial: José Mourinho. No hablaré sobre él. Ya lo hacen los múltiples aficionados madridistas que le desean perder de vista incluso ganando títulos.
Dicho lo cual, y puesto que la mordaza tiránica o una menor repercusión, no harán de este artículo un códice profético y salvador (tampoco pretendo ni imploro que así sea), solvento los problemas de esta dictadura -mayor en medios que en goles o papeles- con la ilusión de un aficionado que habla más de SU equipo, que de LOS equipos.