Tras la carnicería a la que fue sometido Diego Costa ante el Zaragoza, que supuso la lesión del brasileño durante unas dos semanas, la parroquia blanquivioleta se ha echado a temblar. Y por supuesto, también Onésimo. El míster tendrá que apañárselas como pueda en el próximo partido ante Osasuna sin su principal referencia ofensiva, y no son goles precisamente lo que le sobra a este Real Valladolid.
El que me preocupa es el que debería ser el sustituto natural de Diego, Alberto Bueno. No malinterpretéis, desde luego que tengo confianza en el chaval y sé que tenemos una gran promesa con nosotros que irá mejorando como jugador con el tiempo, pero el papelón que le ha caído al canterano madridista es de órdago. Alberto tendrá que echarse el equipo a la espalda en sustitución de Diego Costa, y desde luego la tarea no se le antoja fácil. Me explico.
Aparte de los pocos minutos de competición con los que cuenta el madrileño en la presente temporada, lo cual hace que no tenga un gran nivel físico, quizá sea demasiado pronto para hacer cargar con la tarea goleadora del equipo a Bueno.
Se puede pensar que contará con la ayuda de Manucho, pero el angoleño está ayudando más bien poco en cuanto a goles se refiere. La principal función del angoleño no es la de marcar goles, que también, sino que su cometido es ayudar a Diego Costa arrastrando a la defensa rival para que el brasileño tenga más espacios y pueda moverse más a sus anchas en toda la zona ofensiva, y sea él el que marque goles.
Si finalmente la delantera con la que salga el Valladolid en Pamplona es la formada por Alberto Bueno y Manucho, no es precisamente un ataque que pueda presumir de números. En lo que va de Liga Bueno aún no ha marcado, y Manucho tampoco puede alardear de ser un gran goleador, pues sólo ha marcado dos doles. El que le hizo al Valencia en Zorrilla y el que marcó en el Sánchez Pizjuán en el empate ante el Sevilla. Esto demuestra, efectivamente, que el que tiene el principal cometido de hacer goles es Diego Costa.
Pero si el que marca los goles no está, como es el caso, la pregunta es ¿quién los marcará ante Osasuna? ¿El que no tiene como cometido marcar los goles, Manucho? Ahí es cuando entra en juego Alberto Bueno. Pero entonces volvemos al problema de que a pesar de la ayuda que Manucho pueda prestarle al canterano madridista para que éste pueda moverse más a gusto y no tener a los defensas de Osasuna encima, el chico todavía no tiene suficiente veteranía para hacerse cargo de toda la responsabilidad goleadora. Apenas ha jugado partidos en Primera División y aunque tenga un gran potencial, no son iguales los partidos en Segunda B que jugaba con el Real Madrid Castilla que los que pueda jugar ahora con el Valladolid.
No digo que no confíe en Manucho y en Bueno, pero con el método con el que juega el Real Valladolid hace falta un delantero referencia. Y por desgracia, éste está lesionado para dos semanas y no hay otro que le sustituya. Por lo menos no alguien que dé tantas garantías como él.
Ante Osasuna, Bueno tiene la opción de demostrar que realmente puede hacerle competencia a Diego Costa hasta final de temporada, o por lo menos, de enseñar que cuando el brasileño no esté en condiciones, él estará ahí.