El RCD Espanyol ha visto empobrecida su plantilla en las dos últimas temporadas con la marcha de figuras significativas. En ésta, su reto es diferente: sobrevivir con lo puesto.

Finaliza el encuentro en Cornellà-El Prat con derrota, y Mauricio Pochettino reflexiona acerca de los motivos que han empujado a sus jugadores a una dinámica peligrosa. No saber contemporizar para evitar las remontadas del adversario, la carencia de concentración en los instantes finales, una plantilla descompensada o el disgusto económico que rodea a un equipo que busca la estabilidad pueden ser algunos de los detonantes de lo que ahora viven.
El Espanyol no encuentra la victoria por ningún lugar. En ocasiones, la roza; en otras, parece más lejana. Pero nunca termina de llegar. No desde abril de la pasada campaña, cuando venció al Valencia en un final de temporada francamente nefasto, y después de realizar un primer periodo de torneo ilusionante.
Con un punto en los seis primeros partidos de la temporada 2012/13 –conseguido en el empate a tres con el Athletic de Bilbao– desentierran una pobre estadística: es el peor inicio de campeonato en Primera División en diez años. Los pericos se sitúan en el farolillo rojo de la clasificación y a Pochettino le toca lidiar con la nueva coyuntura en la que se desenvuelve el Espanyol.
En el mercado estival perdieron a dos de los hombres que, en el tercer año de Pochettino al mando de los catalanes, tenían la responsabilidad de sostener al grupo en posiciones tranquilas, con el objetivo no tan latente de retornar a Europa, bajo la mirada de un estadio joven y moderno. Esos dos futbolistas son Javi Márquez y Álvaro Vázquez. Aunque no suponen las únicas pérdidas dolorosas que ha sufrido el conjunto perico en verano.
A dichas ventas –la directiva no renovó sus contratos- se les sumaron este verano las de Romaric, -mediocentro cedido por el Sevilla-, Weiss –completó su mejor año como profesional bajo el mando de Pochettino, convirtiéndose en uno de los nombres destacados del equipo-, Coutinho –el talentoso brasileño llegó cedido del Inter de Milán y pronto se erigió como uno de los atractivos del cuadro catalán-, Dídac Vilà, Pandiani o Kalu Uche. Futbolistas que mejoran el nivel de la plantilla de Mauricio Pochettino en la actualidad.
En su sustitución han aterrizado en Barcelona algunos jugadores que no figuraban entre las principales opciones dentro de la planificación técnica. Siete son las incorporaciones: Tejera, Colotto, Simão, Longo, Capdevila, Stuani y Wakaso.
Las salidas de Álvaro Vázquez y Márquez ejemplifican de forma atinada la aventura indeseada que puede esperarle al Espanyol si no toman una inercia positiva pronto –con todo, resulta imprudente asegurar a estas alturas qué derroteros seguirán los blanquiazules en el campeonato nacional-.
Javi Márquez, mediocentro creativo y generoso en la faceta defensiva, iba a seguir creciendo en su casa y haría pivotar al Espanyol alrededor de él y de Verdú, pero el segundo se ha quedado solo –aunque se mantienen Víctor Sánchez, Cristian Gómez y Javi López-, dejado un poso de preocupación en la zona ancha de los pericos. El centrocampista, criado en la cantera perica, se vinculó por cuatro temporadas con el Mallorca de Caparrós.
Álvaro Vázquez estaba destinado a la tarea del gol como delantero titular, después de dos temporadas en la élite en las que ha evolucionado lo suficiente como para acudir al Mundial sub 20 de Colombia, celebrado en 2011, y ser el máximo goleador nacional con cinco goles.
En su primera experiencia en La Liga, convivió a la sombra del delantero Osvaldo y anotó cuatro goles. Entonces, el italiano, ahora en la Roma de Zeman, abandonó el Espanyol al término de aquella campaña 2010/11, junto con el madridista José Callejón, debilitándose así la vanguardia blanquiazul. Para suplir esas ausencias en ataque, llegaron Weiss, Coutinho, Uche y Pandiani.
La segunda temporada Álvaro en Primera División le sirvió para sumar más minutos y marcar cinco tantos en el torneo nacional, dentro de un proceso de adaptación a roles cada vez más responsables.
En este año de renovaciones, su preeminencia en el esquema de Pochettino se habría vislumbrado mayor. Era el momento para arrinconar el segundo puesto y subir al primero. Pero el punta catalán no renovó el contrato que le unía al Espanyol hasta junio de 2013 y firmó por cuatro años con el Getafe.
El revés al equipo de Pochettino fue severo. Ahora, el argentino, con una plantilla con menos nombres, y nivel, que en los dos anteriores años, buscará la supervivencia con lo puesto.