João Miranda ‘Junior’, hijo de quien fuera defensor del Atlético de Madrid más florido del siglo XXI, hizo su debut con el Real Valladolid Promesas esta pasada jornada. El zaguero hispano-brasileño llegó el pasado verano a Los Anexos con un contrato de dos temporadas, hasta el 30 de junio de 2026, mediante un traspaso sellado con el São Paulo de su país, donde completó su formación.
Sin embargo, su proceso de adaptación, lento, le impidió disponer de minutos hasta la fecha. Este aprendizaje se vio como necesario nada más llegar, algo que debió entender también así Álvaro Rubio, puesto que prácticamente no contó con participación ni siquiera en la pretemporada, en la que, aunque puede actuar como central, se desenvolvió fundamentalmente como lateral izquierdo.
Precisamente ahí fue donde jugó el domingo, cuando saltó al terreno de juego en el minuto 85 en el lugar de un fatigado y acalambrado Hugo San. «Viene trabajando muy bien, pero su competencia por la posición, con Raúl Chasco y Hugo San, es muy fuerte», aseveró en la posterior rueda de prensa su entrenador, Manu Olivas, que propició su estreno como «merecida recompensa».
Con anterioridad, a este dúo Álvaro Rubio había añadido una tercera pieza, Alin, lateral derecho, en una primera mitad de campeonato en la que João Miranda, como el mediocentro kazajo Mokha o el delantero colombiano JD Bonilla, habían pasado prácticamente desapercibidos, quedándose incluso excluidos de la práctica totalidad de las convocatorias (el ariete cafetero, de hecho, viene jugando con el Juvenil en División de Honor).
No obstante, Manu Olivas habló de «sumar gente a la causa para seguir creciendo como equipo», después de insistir en dignificar la labor del defensor, que está viviendo su primera temporada como futbolista sénior en Valladolid y cuya llegada recuerda la de compatriotas como Lucas Freitas, Gustavo Medina, Rafael Pontelo, João Pedro o Breno, que pasaron por Los Anexos sin demasiado éxito.