Contracrónica del Real Valladolid 0-2 Villarreal CF
El Real Valladolid perdió 0-2 ante el Villarreal y desechó la oportunidad para no entrar en descenso y seguir vivos en la pelea. La afición se volcó en el recibimiento y el equipo no estuvo a la altura del partido. Sin ideas, sin fútbol y con errores clave atrás que le condenan, lo de toda la temporada con el Real Valladolid. Las ocasiones llegaban de ambos lados, pero no entraban, hasta que en el minuto 67 Gerard Moreno mató al Pucela cuando mejor estaba; luego, Capoue puso la sentencia. Los de Sergio González se quedan en descenso, a dos puntos de la salvación y con dos partidos ante rivales de alto nivel para intentar salvarse, cosa que tal y como está la situación se antoja complicadísima.
El equipo no estuvo a la altura del recibimiento que le brindó la afición. Desde las 16:30 horas todo apuntaba a partido decisivo, a que el equipo se la jugaba. Eso mostraban las calles abarrotadas de una afición que se había volcado con los suyos a pesar de las dificultades. Sin embargo, como reconoció el propio Sergio González, el Real Valladolid no estuvo a la altura de lo que supone un encuentro de esta magnitud. Se vio a un Pucela sin alma, sin garra, sin ideas y cometiendo los mismos errores que siempre. En definitiva, abocado a la Segunda División.
Las lágrimas de Kike, el sentimiento de la hinchada. Corría el minuto 83 cuando Kike Pérez, que volvió a quedarse sin jugar, rompía a llorar en la grada, sabedor de que se les iba otro partido más y la cosa se ponía muy difícil. Lo de Kike son lágrimas de impotencia, de pena, de rabia y reflejan que es una temporada muy dura que está al borde de acabar en descenso. Pero, sobre todo, representan su sentimiento por el escudo y el de toda la afición vallisoletana.
Sin gol y con errores defensivos en el momento más importante. Cuando había que estar muy acertados en ambas áreas, el Real Valladolid no tuvo éxito en ninguna de las dos. De cara a puerta no materializó las que tuvo, que volvieron a ser varias claras en las botas de Weissman y en las de El Yamiq. Sí, fue el central el que tuvo la mejor ocasión. En área propia el equipo estuvo blando en algunas ocasiones y desconcentrado en jugadas como las del gol, que son errores en cadena.