El Real Valladolid perdonó y no consiguió pasar del 0-0 ante un Osasuna que no planteó mucho, pero que también tuvo ocasiones para adelantarse

Como dijo Alfredo Di Stéfano “un 0-0 es como un domingo sin sol”, pues eso es lo que pasó en el feudo pamplonica. No hubo nadie que brillara para conseguir anotar un tanto que rompiera la igualada. El CA Osasuna estuvo mejor que el Real Valladolid en la primera parte. De hecho, Calleri marcó, pero su gol fue anulado por fuera de juego. En la segunda parte, el guión cambió y el Pucela se creció. Los de Sergio González tuvieron varias claras que no anotaron y el marcador no se movió, gafas y un punto que deja indiferencia e incertidumbre a ambos conjuntos.
Sobre el verde de El Sadar se vio un partido de idas y venidas. Los visitantes se hicieron pronto con el balón para construir a través de la posesión y pasar mucho tiempo en campo rival, mientras que los de Jagoba Arrasate buscaban hacer daño en transiciones rápidas que se toparon con una línea defensiva muy sólida y acertada a lo largo de los 90 minutos. Sin ocasiones claras, pero con un juego de área a área que obtuvo premio para los navarros. Sin embargo, el gol fue anulado por fuera de juego de Budimir y por suerte para el Valladolid el gol no subió al marcador.
Si durante la primera mitad faltó precisión en ambas escuadras para dar ese último pase decisivo, en el segundo acto faltó en las áreas, sobre todo por parte del Pucela en la de Osasuna. El Valladolid tuvo más presencia ofensiva y llegó con más ímpetu a la portería de Sergio Herrera. Fue el conjunto navarro el que empezó más incisivo y dispuso de dos ocasiones peligrosas, la primera desbaratada por El Yamiq y la segunda, con un disparo de Kike Barja desde la frontal, que se fue fuera. Eran minutos en los que fueron mejores los locales, pero iban a ser los últimos ya que a partir del minuto 60 el Real Valladolid logró recuperar la manija con recuperaciones que generaban acometidas rápidas por las bandas. Así llegó el peligro.
Weissman, Guardiola y Plano buscaron el gol sin encontrarlo, pero quien más cerca estuvo fue Orellana en dos llegadas. La primera clara en una contra lanzada por Guardiola a la que dio continuidad Janko, dejó de cara Weissman en el área y el chileno mandó el mano a mano arriba de manera inexplicable. En la segunda, también se le marchó alto el tiro tras controlar en el área un centro de Janko. Entre medias, Roque Mesa acarició el gol con un potente golpeo desde la frontal que lamió el palo.
Continuó el dominio pucelano, pero las ocasiones se frenaron. De alguna dispuso Osasuna, especialmente un disparo de Manu Sánchez dentro del área que Roberto envió a córner, y la última de Budimir a la media vuelta en la frontal. Pudo marcar Joaquín también con un vuelo a la salida de un córner en el minuto 87, pero su cabezazo se fue arriba por poco.
Con 26 puntos concluye el Real Valladolid esta jornada 27, en esa apretada zona baja en la que se ven inmersos un buen puñado de equipos. En el próximo duelo los de Sergio González reciben, en el Estadio José Zorrilla, al Sevilla, el sábado 20 de marzo a partir de las 21:00 horas.