Con una plantilla mejor que la del año pasado, el Real Valladolid está instalado en puestos de descenso y con signos que no invitan a ser demasiado optimistas
El Real Valladolid no está en su mejor momento. Partiendo de esa base, cada uno puede opinar de manera diferente y puede analizar la situación desde cualquier perspectiva. Lo primero de todo, y lo más evidente, qué difícil es ver al equipo cuesta bajo y sin frenos. El otro día me aposté con mi padre los tres equipos que descienden este año a Segunda. No pude decirle el Pucela. Es que ni me lo imagino, porque este club se merece estar donde actualmente milita. Mi apuesta fue y es: Deportivo Alavés, Elche CF y SD Huesca, precisamente, equipos a los que todavía no se ha conseguido ni ganar (sin ir más lejos, el primero se llevó los seis puntos). Puede que no esté siendo objetivo porque pienso más como forofo, hincha o como queráis llamarlo, sin ver que, en realidad, ahora mismo estamos en descenso. El club merece una nueva oportunidad, con Sergio González o sin él, pero merece otro año más en la élite. Ahora bien, el equipo está dejando mucho que desear.
El empate reciente ante el RC Celta me recordó a la victoria ante el Getafe CF. Es decir, metes una, tienes alguna para sentenciar y no lo haces, no le dejas tener muchas al rival, pero con qué poco encajas gol. Una falta desde más o menos el Puerto de Santa María, un balón que viene bombeado, que sabes dónde la van a poner (y más Iago Aspas) y no eres capaz de despejar el cuero. ¿No sabían los futbolistas que iban ganando, que era la última jugada del partido? Qué poca sangre. Lo primero, es que esa jugada no tenía ni que existir porque si Óscar Plano exagera una posible agresión, el colegiado pita el final porque quedaban menos de medio minuto. Y lo segundo, ni Bruno González se percató de absolutamente nada y ni Roberto Jiménez, que se quedó bajo los palos. Este último pudo hacer algo más; seamos justos, como hemos hecho durante toda la temporada con Jordi Masip y sus no salidas en este tipo de jugadas. En definitiva, un disparate.
La sensación que a mí me da, cada fin de semana, es que no te puedes fiar de este equipo, hasta que no acaba el encuentro. Hay veces que pienso que no les importa estar así. El aficionado está ya hasta harto de que jornada tras jornada, el equipo no gana y, en la mayoría de ocasiones, no es mérito del rival sino desmérito tuyo. En Mendizorroza, el partido fue horrible del Real Valladolid. De acuerdo. Pero, ¿de verdad alguien piensa que el Alavés hizo un gran encuentro? Eso es lo peor de todo, que los de Abelardo Fernández tienen los mismos puntos que tú y eso que te ganó.
En cuanto a la plantilla, es mejor que la del año pasado, pero creo que no hay manera de que los futbolistas se enteren. Yo ya no sé si es culpa de Ronaldo Nazário, de Miguel Ángel Gómez, de Sergio González o de los tres. A MAG se le podrá achacar varias cosas, pero la plantilla que ha confeccionado es para salvarse, con o sin garantías, con o sin sufrimiento, pero es para salvarte. Que nadie se crea ni que hay un salto de calidad, ni que en cinco años estemos luchando con el Bayern de Múnich por nuestra primera orejona, ni que estés luchando por alcanzar los puestos de Europa League… La plantilla da para lo que da, pero, al fin y al cabo, da para conseguir la deseada salvación. Si este año el equipo no se salva, no creo que nadie me convenza al respecto. Todos hemos visto la temporada del Pucela, y a partir de ahí, que cada uno saque sus conclusiones. Pero, ya no hay excusas, ni tiempo. O reaccionas o te vas al hoyo y ahí no es por demérito de los demás, sino por mérito tuyo. Creo que el aficionado se merece disfrutar, que bastante mal lo está pasando ya.