El Real Valladolid continúa sumando poco a poco puntos clave, y lo empieza a hacer en escenarios complicados, para ir alejándose de los puestos de descenso

Esta vez, el Real Valladolid sumó a través de un empate a uno frente al Sevilla de Julen Lopetegui y consigue marcar diferencias con Huesca y Osasuna – penúltimo y colista en la clasificación -, pero no se asegura acabar la jornada en zona de permanencia, pues falta por disputarse el encuentro del Getafe frente al Cádiz.
Tras sendas cómodas victorias en los duelos coperos, Sevilla y Real Valladolid se midieron en Nervión con aspiraciones de ganar. Sergio González no pudo contar con Joaquín por baja de última hora, así que en su clásico 4-4-2 alineó a El Yamiq en el centro de la zaga y colocó a Carnero en el lateral izquierdo; también apareció sorpresivamente San Emeterio en el centro del campo y en la delantera optó por repetir la dupla Marcos André – Weissman.
Comenzó el partido con un Sevilla muy ofensivo en los primeros minutos, los andaluces estaban muy lanzados y servían balones a Ocampos y Suso para que buscaran jugada individual o centraran balones al área. El primer aviso lo dio el argentino con una magnífica vaselina a Masip que se estrelló en el larguero y en la que En-Nesyri no pudo cazar el rebote. El Pucela no terminaba de defender bien las acometidas rojiblancas y generaba muchas faltas cercanas a su portería.
A los treinta minutos de partidos, una mano innecesaria – como lo suelen ser todas por lo general, pero tampoco le cabe otra palabra – de San Emeterio en un córner daba al conjunto hispalense la oportunidad de adelantarse desde los once metros. El Sevilla no desaprovechó la situación favorable y Ocampos engañó a Masip en el lanzamiento para hacer el 1-0.
En la segunda mitad en el equipo andaluz bajó bastante el nivel y los blanquivioletas sacaron rédito de la poca profundidad que ofrecieron los de Lopetegui. El Sevilla apenas generó problemas en la portería pucelana y Marcos André lanzó el primer aviso. Una confusión entre Bono y Koundé dejó el balón en los pies del delantero brasileño que, de espaldas a la portería, no le quedó otra opción que rematar de tacón. Una acción preciosa que se topó con el poste tras el gran recurso del atacante pucelano.
El Real Valladolid lo seguía intentando ante un Sevilla que se replegaba atrás para guardar el marcador y que no ofrecía la intensidad de la primera mitad. Y, si lo que abrió la lata fue una mano en un córner, de nuevo un saque de esquina fue el origen del tanto del empate. Hervías colgó un balón al punto de penalti que El Yamiq peinó hacia atrás y, sin que la pelota contactase con el suelo, Carnero enganchó una volea espectacular elevando su pierna izquierda y colocó el esférico en la mismísima escuadra. Jota se llevó las manos a la cabeza ante el golazo que acaba de presenciar y a Bono no le quedó otra que resignarse por el imparable disparo que le anotaron.
Finalmente, un reparto de puntos que no deja mal sabor de boca a los de Sergio González, quizá un poco peor a los de Julen, pero tampoco merecieron mucho más. El Real Valladolid se mantiene decimoséptimo, fuera de descenso, a la espera de lo que haga el Getafe en el Carranza mañana a las 18:30 y otea ya su próximo partido contra el FC Barcelona en horas bajas de Koeman el martes veintidós a las diez de la noche.