Una exhibición de Toni Villa y Jota permite al Real Valladolid dar cuenta de un Cantolagua que fue incapaz de asustar a Roberto
Pedía en la previa Sergio que el Real Valladolid compitiera «con respeto y humildad» frente al CD Cantolagua, y así lo hizo. Lo hizo así y con el ceño un tanto fruncido, quizás un tanto enrabietado o, al menos, con ganas de reivindicarse, como el técnico reclamaba. Se pidió otra ronda de Copa del Rey el conjunto blanquivioleta, que goleó y no pasó el más mínimo apuro frente al conjunto navarro, que, inferior ante esa responsabilidad, fue incapaz de asustar a Roberto.
El Real Valladolid salió dominador, tratando de zanjar pronto lo que quizás a alguien le podía sonar a papeleta. No pareció serlo para Toni y Jota, los líderes de esa reivindicación, activos desde los primeros compases, en los que dispusieron ambos de ocasiones para marcar, ambas rechazadas cerca de la portería por la defensa sangüesina. Fueron esos acercamientos su declaración de intenciones, que se manifestó en forma de goles a la media hora con los dos mismos protagonistas. Disparó Jota, el portero rechazó y Toni puso el cero a uno.
Secundados por Waldo y Míchel, los dos habilidosos fueron un incordio para la zaga navarra, que no pudo con sus acometidas en ningún momento. Antes de descanso, Jota marcó el segundo, tras un buen servicio de Míchel, confirmando que los vallisoletanos no habían ido a Merkatondoa a dejarse sorprender. No en vano, fueron profundos y verticales, sin ceder apenas terreno y esférico a su rival, que apenas tuvo un par de tímidas acometidas. Mientras, Sergio Benito rozó el tercero.
En la segunda parte el guión no varió; quizás al contrario, se agudizó al ir notando el Cantolagua el desgaste en las piernas y puede que el marcador adverso. Aunque fue todo voluntad, poco a poco fue llegando menos a presionar y concedió más ocasiones, que el Pucela no dudó en aprovechar. Jota ofreció un buen servicio a Kuki Zalazar para que, de cabeza, marcara el tercero. Él mismo estuvo a punto de marcar el cuarto de tacón, tras una salida en falso de Arbonies.
Dicho gol lo marcó otro canterano, Toni Villa, tras un saque de falta de Míchel. El mediapunta murciano fue quien más en serio se tomó el choque y buscó sin cesar su hat-trick, sin éxito. Lo rozó varias veces, como lo bordeó Waldo Rubio, cuya actuación se quedó sin dicho premio a pesar de sus varios disparos. Por pura inercia, tanto ellos dos como Zalazar estuvieron a punto de completar la goleada, algo que, sin embargo, conseguiría Alcaraz en el minuto 88, de nuevo tras otra jugada de Toni.
Solo el silbatazo final aplacó el vendaval de un Real Valladolid que fue muy superior al Cantolagua en la primera eliminatoria copera, cuajando varios de sus futbolistas –principalmente ofensivos– buenas actuaciones individuales. El siguiente choque, el sábado, en el Sánchez-Pizjuán, frente al Sevilla, será harina de otro costal.