En un Granada en el que prima el trabajo común y el pragmatismo, luce de manera especial el mediocentro, que se medirá al Real Valladolid en Los Cármenes en el encuentro entre el conjunto nazarí y el blanquivioleta

Con una victoria en la maleta y la necesidad de confirmar que lo vivido no ha sido un sueño y que el plan va mejorando. Así visitará el Real Valladolid el estadio de Los Cármenes del Granada para medirse a uno de las grandes sorpresas de LaLiga la temporada pasada y que está manteniendo el tipo en la actual. Sus actuaciones, bajo el mando de Diego Martínez, parecen querer seguir extendiendo a la época más gloriosa del club nazarí, con un fútbol práctico que busca las cosquillas a cualquier rival y tiene por bandera luchar hasta el final. En ese escenario, por lo que supone su fútbol, destaca por encima de todos Luis Milla, que llegó este verano a Granada para ser la nota de color, poniendo una buena capacidad creativa encima de la mesa y siendo una pieza fundamental para los de Diego Martínez.
Y es que el Real Valladolid viajará con dudas en el centro del campo (entre algunas otras) y muchos de los aficionados mirarán con cierto dolor al jugador madrileño con la camiseta del Granada, después de que el Valladolid fijara sus ojos en Luis Milla y se acabara desechando su fichaje por su nula experiencia en LaLiga. Su calidad hoy por hoy no deja dudas y sirve en el próximo rival del equipo pucelano.
Parece sorprendente que todo esto se pueda decir de un jugador que ha debutado esta temporada en LaLiga. La élite se le resistió a Milla hasta esta campaña 2020/21, después de varias etapas en las inferiores del Atlético de Madrid y del Rayo Vallecano y pasar por Alcorcón, Guijuelo, Fuenlabrada y, por último, Tenerife. Fue precisamente en la isla donde acabó por convencer a propios y extraños de la calidad de su fútbol. Y se adelantó a todos el Granada, que supo ver en este madrileño de veintiséis años una pieza fundamental para los objetivos de una temporada histórica.
El fútbol de Luis Milla destaca por la capacidad de mezclar con éxito rendimiento en labores defensivas y ofensivas. Sin ser un recuperador nato, sus números en el apartado defensivo son llamativos. Esas recuperaciones le sirven para comenzar a crear desde ese instante, pudiendo repartir juego con facilidad en corto y en largo, en otra de las cualidades que más destacan en su juego: el pase. Jugador excelente en la entrega, combina con maestría el tipo de pase necesario.
Tiene capacidad para contemporizar si es necesario y fomentar que el balón pase por sus pies para rebajar el ritmo, así como combinarlo con la búsqueda de hombres al espacio, algo habitual en comunión con Luis Suárez o Yangel Herrera, otras de las figuras clave de este Granada y que se sirven del talento de Milla para brillar aún más. Además, su trabajo en mediocampo, cubriendo con holgura los espacios asignados, le convierten en un potente centrocampista para varias funciones esenciales.
En lo que va de campeonato, el exjugador del Tenerife ha logrado un gol y una asistencia en los 800 minutos jugados, alternando varios roles y posiciones en el sistema de Diego Martínez, siendo titular en ocho de los diez partidos jugados. Acompañando a Gonalons en el doble pivote o a Montoro en el interior, Milla ha conseguido dar un buen nivel competitivo siempre que ha jugado sin variar demasiado por el rol o por la zona del campo otorgada.
Solo el coronavirus ha podido frenar el rendimiento que venía mostrando en LaLiga, en la que estaba siendo uno de los jugadores a seguir y una de las figuras del campeonato, apartándole del grupo en el último encuentro nazarí ante la Real Sociedad y siendo duda aún para el partido en Los Cármenes contra el Pucela.