El futbolista franco-tunecino llegó al Real Valladolid en el mercado invernal de 2011 para marcharse un temporada y media después con un ascenso sobre el brazo. Hoy dirige al Lugo

Jugón, talentoso, mago, técnico, regateador, clase, sutileza… y podrían decirse cientos y cientos de adjetivos más que no definiesen a Mehdi Nafti como futbolista. El centrocampista nunca fue uno de esos jugadores que enamorase al aficionado por la vista, porque no era para nada vistoso.
A pesar de ello, el franco-tunecino todavía sigue siendo recordado de vez en cuando por el gran y a la par pequeño mundo de Twitter Pucela. Y esto se debe a un motivo. Si por algo se caracterizaba este futbolista era por su garra, su fuerza y las ganas que ponía sobre el césped. Es la perfecta definición de una frase muy recurrente en el mundo del fútbol: o pasa el balón o pasa el jugador. No se andaba con rodeos, si el balón pasaba su línea defensiva en el centro del campo, el atacante rival solía quedarse por el camino tras encontrarse con Mehdi Nafti.
En su primera temporada en el Real Valladolid jugó prácticamente todo, llegando a disputar dieciocho partidos y marcando un gol. Hay que recordar que llegó en el mercado de invierno. Ya en su segundo año se convirtió en un baluarte del equipo dirigido por Miroslav Djukic.
El equipo del serbio precisamente era un conjunto que enamoró por su juego, talento y soltura, algo que no casaba con el estilo de juego del centrocampista franco-tunecino, pero su presencia en el campo fue tan impactante que le llevó a disputar 36 partidos y convertirse en una pieza clave de aquel ascenso de 2012.
Tras acabar esa campaña el centrocampista acabó marchándose de las filas del Real Valladolid. Lo hizo con destino a Murcia, donde tras una temporada allí puso rumbo a Cádiz. En Andalucía jugó su última temporada como futbolista profesional. En 2014 colgó las botas y comenzó su formación para ser entrenador.
Afincado ya en España como futbolista, empezó a dar sus primeros pasos como entrenador en el Marbella FC. Esto le abrió las puertas para entrenador a dos de los clubes de Extremadura. En primer lugar estuvo en el Mérida AD, y posteriormente acabó en el CD Badajoz, donde tras dos buenos años, se erigió como entrenador. Finalmente fue destituido a pesar de los buenos resultados, pero a pesar de ello se marchó de la ciudad extremeña con una muy buena imagen y apoyado por los aficionados.
Tras ocho meses sin equipo, Mehdi Nafti se marchó a Túnez a entrenar al ES Sahel, pero solo duró cinco días, y no por su mal trabajo, si no porque recibió su primera oferta para entrenar en el fútbol profesional español. Se trata del CD Lugo, club en el que se encuentra ahora y en el que además cuenta con los servicios de varios futbolistas blanquivioletas a préstamo (Chris Ramos, Diego Alende y El Hacen). Una oportunidad que puede servirle para colocar su nombre definitivamente en el panorama nacional español como entrenador.