Inesperada y llamativa la llegada del portugués al Real Valladolid, donde podrá ponerse a las órdenes de Sergio González y aportar velocidad, regate y verticalidad al juego del conjunto blanquivioleta
La sorpresa por el cierre de João Pedro Neves Filipe, alias Jota, es fácil de argumentar. La verdad es que no es común que el Real Valladolid logre firmar a uno de los grandes nombres surgidos de los últimos eventos U20 y U19 a nivel europeo y mundial con Portugal y aterriza para dotar de más verticalidad al equipo de Sergio González. Tras varios partidos en los que el conjunto pucelano no ha terminado de convencer, la creatividad y la osadía del futbolista luso puede hacer al equipo dar un paso adelante ofensivamente.
Con solo veintiún años, Jota sale de un Benfica en el que la pasada campaña apenas pudo contar en competiciones oficiales. De la misma manera, su comparecencia en la Taça, ante el Vizela, dejó muestras de que los pocos minutos en la élite de este extremo tenían las horas contadas. Su fútbol es alegre, festivo, rebelde. Sus jugadas a menudo responden a la inventiva más que al realismo y ejecuta con cierta suficiencia movimientos y fintas al alcance de pocos jugadores. Efectivo en el pase a corta y media distancia, su fútbol destaca sobre todo en su capacidad para liderar desde la banda la construcción de situaciones de desborde en las que ganar superioridad ante las defensas.
Quizá algo débil en lo físico, Jota aúna todas las condiciones esperadas de un extremo de la escuela portuguesa, con velocidad, regate, capacidad para encarar en múltiples situaciones y una absoluta valentía para ejecutar movimientos inverosímiles. Con Portugal, en una camada que dio nombres como los de João Felix, Florentino Luis o Francisco Trincão, Jota no pasaba desapercibido, siendo uno de los futbolistas más destacados de los últimos eventos de categorías inferiores a nivel internacional.
Su calidad puede serle de utilidad a Sergio, que ha visto cómo el juego del Pucela pedía a gritos de un futbolista capaz de sumar ofensivamente en el equipo. Dentro de ese plan, el dibujo actual del Real Valladolid puede no verse alterado por la introducción del luso, por tratarse de un futbolista acostumbrado a jugar por las dos bandas e incluso como mediapunta en ambos perfiles o junto al delantero. Su capacidad para utilizar las dos piernas con efectividad y su habilidad para sortear rivales son puntos a favor para confiar en su inclusión para cualquiera de las funciones del ataque.
El Valladolid incorpora esta cesión a un mercado que parecía solicitar una renovación y en la que Jota es sangre fresca. Su calidad está fuera de toda duda en los niveles en los que ha ido mostrándose, a la espera de que, una vez en LaLiga, consiga convencer al cuerpo técnico de que su juventud e inexperiencia no sean problema para contrastar su fútbol contra los rivales del Pucela durante la temporada 2020/21.