Contracrónica del Real Valladolid 1-2 Eibar
Perdió el Real Valladolid, que volvía a jugar en el José Zorrilla tras dos empates en su feudo, y se podría decir que lo hizo con merecimiento. Sergio González cambió hasta siete jugadores del once que sacó frente al Real Madrid y el partido siguió la tónica habitual de este inicio de Liga: buenas sensaciones con la pelota, muy serios en defensa y atisbando incluso alguna ocasión, pero de nuevo un error propio provocó el gol del Eibar; en este caso, un penalti por mano de El Yamiq. En menos de diez minutos los blanquivioletas supieron responder y un magnífico pase entre líneas de Kike Pérez habilitó a Nacho para que asistiera a Toni Villa, que batió la portería de Dmitrovic, previo golpeo en el poste. Tras el descanso, Sergi Guardiola desperdició la oportunidad de poner por delante a los suyos desde los once metros. Con el partido abocado al empate, el Real Valladolid tenía contralado el encuentro y mantenía la posesión, pero sin generar excesivo peligro. El problema vino, irónicamente, cuando el Eibar se quedó con un jugador menos. La roja de Diop hacía parecer que los de Mendilibar iban a sufrir a falta de casi veinte minutos para el final, pero el Pucela se amilanó y no pudo ni mantener el resultado, y en el minuto noventa un centro de Arbilla lo remató Kevin Rodrigues con la suficiente potencia para que Roberto no pudiera hacer nada. El Real Valladolid comete errores y lo paga, pero cuando los cometen otros no sabe aprovecharlo.
La línea defensiva de los errores. Parece que se va a hacer larga la baja de Kiko Olivas en el centro de la zaga. De momento, Sergio ha intentado encontrar solución a la marcha de Salisu y la lesión del malagueño, pero ninguno de los experimentos ha resultado ser medianamente fructífero. A la afición pucelana le convence Javi Sánchez para asentarse en el puesto de central izquierdo que dejó el ghanés. En cambio, al otro lado cuesta encontrar un compañero a la altura de veterano zaguero ahora en sesiones de recuperación. Joaquín parecía que iba a ser el líder de la defensa, y si no fuera por su lesión, probablemente a estas alturas la pareja sería Joaquín-Javi Sánchez, aunque al principio de Liga el titular fuera Bruno. Tras el fallo de la jornada anterior fue enviado al banquillo para que debutara en el once el penúltimo fichaje, El Yamiq. Por el momento, el técnico catalán sigue probando a sus hombres hasta pueda ir incorporando a sus indiscutibles.
Nacho y Toni Villa en su máxima expresión. El partido frente al Eibar hizo a recordar años pasados al aficionado blanquivioleta. La banda izquierda volvió a ser un puñal y Toni recuperó su mejor versión de hace unas temporadas, igual que hizo frente al Celta de Vigo. Lo de Nacho Martínez no es tampoco una sorpresa, su regularidad siempre ha sido bastante alta y su nivel no suele sufrir grandes caídas, pero ver a los dos a la vez en su mejor momento fue de lo poco que puede sacar positivo del encuentro. De hecho, entre ellos dos –previa colaboración de Kike Pérez– se fabricó el gol que puso el empate en minuto 38, el pase en profundidad del ‘ocho’ buscando a Nacho por la banda izquierda fue clave para que este encontrara a Toni solo dentro del área y el murciano rematara a placer. Esta conexión, en el José Zorrilla, desean volver a encontrarla en su máximo nivel por los tan buenos recuerdos trae.
Una derrota que resume el inicio de Liga. El inicio de esta campaña no está siendo el deseado, en resultados muchísimo menos que en sensaciones. El partido frente al Eibar refleja la tónica de partidos que viene ofreciendo el Real Valladolid en el génesis de este curso: buen juego al inicio, sensación de aguante y planteamiento firme en defensa para luego regalar el partido en ocasiones concretas. El primer partido contra la Real Sociedad fue el error de Masip en el disparo de falta de Roberto López, contra el Betis el partido se condenó con la mano de Óscar Plano al inicio, frente al Real Madrid la pérdida de Bruno que acabó en gol de Vinicius abrió y cerró el partido, y el encuentro frente a los de Mendilibar fue un sumo de todos los errores que viene realizando el Pucela. El partido se abrió con el penalti por mano de El Yamiq, y daba sensación que se iba a ver el mismo encuentro que frente a los de Pellegrini, pero con el empate a los pocos minutos el partido volvió a su planteamiento inicial. El problema de los blanquivioletas está en regalar tantas ocasiones de gol que los rivales las convierten y, luego, cuando son los contrarios los que las conceden no ser capaz de aprovecharlas –como el penalti de Guardiola– para acabar perdiendo el partido en el último minuto.