Orellana y Bruno han disputado todos los minutos, mientras que Luis Pérez y Roberto han entrado por las bajas de sus compañeros. Weissman solo ha jugado en las segundas partes de revulsivo

Los cinco fichajes realizados esta temporada se han enfundado por primera vez la camiseta del Real Valladolid cuando apenas han transcurrido dos encuentros de Liga, aunque la circunstancias no debe llevar a engaño: este hecho no se debe a un acierto al cien por cien de la gestión de la directiva. Aunque en jugadores como Orellana nadie discute que se trata de una operación de diez, esto no habría sucedido de no ser por las diferentes bajas de la plantilla. Y es que nada da más oportunidades que los momentos en que las cosas se tuercen.
Tanto en la primera jornada como este domingo contra el Betis, Fabián Orellana y Bruno González comenzaron de titulares y disputaron los noventa minutos. Los únicos de los recién llegados que lo han jugado todo hasta el momento. Al ex del Eibar parece difícil que se le vaya a ver fuera del once por rendimiento, puesto que se espera mucho de él y de momento está cumpliendo; en cambio, al defensor canario no se sabe si es un simple recurso ante las lesiones o realmente convence a Sergio para ser titular el resto de la temporada.
En cuanto a la portería, ya se conoce en Zorrilla que el técnico catalán no es muy dado a moverla pese el renombre que pueda tener el suplente, tal y como se vio el año pasado con la cesión sin minutos de Andriy Lunin, el joven arquero ucraniano del Real Madrid. Roberto debutó en el Villamarín por la baja de Masip y se volvió a casa siendo uno de los destacados del pobre partido que ofreció el Real Valladolid.
La lesión de Javi Moyano a los pocos minutos del encuentro generó el último estreno de los fichajes de este verano: Luis Pérez, que, pese a las dudas que parecían tener muchos, también fue de lo mejor que ofreció el Pucela. Parecía que las lesiones hubieran obligado a Sergio González a cambiar lo que la gente demandaba.
Y para cerrar este capítulo: Shon Weissman. El israelí ha partido desde el banquillo en los dos partidos, en el primero no pudo dejar grandes sensaciones, ya que apenas disputó diez minutos. En cambio, frente al equipo de Pellegrini jugó toda la segunda parte y dio una mayor apariencia de peligro al ataque del Real Valladolid. Llegó incluso a marcar un gol bajando un balón centrado dentro del área y rematando cerca de la portería, pero fue anulado por el VAR por fuera de juego.
Con estos imprevistos Sergio González se ha visto en la obligación de tocar el once más de lo que probablemente le gustaría, a la espera está el hecho de ver si esto genera buenos resultados y mejores sensaciones. Mientras, jugadores como Weissman van cogiendo rodaje y teniendo oportunidades para sumar y ser importantes al final del curso.