El Real Valladolid firma Orellana, ocupante de una zona en la que los refuerzos se han echado de menos la temporada pasada, confiando en con su talento pueda dejar atrás las dudas sobre su veteranía y su carácter

El Real Valladolid ha hecho oficial el fichaje por dos temporadas de Fabián Orellana como agente libre. El jugador chileno, de 34 años, firma por dos temporadas y llega a Zorrilla con una carta de servicios larga, con pocas dudas sobre su aptitud pero con alguna duda sobre la actitud. Nacido en Santiago de Chile en 1986, inició su carrera en el Audax Italiano, pasando por sus categorías inferiores hasta alcanzar la élite en el fútbol chileno.
Poco tardaron en detectar su talento desde Italia, ya que lo fichó el Udinese, aunque lo cedió primero al Xérez y después al Granada, donde iniciaría su idilio con el fútbol español, que le llevaría al Celta, al Valencia y al Eibar, donde acabaría contrato para acabar firmando gratis por el conjunto pucelano.
Hablar de Fabián Orellana es hacerlo de un futbolista que ha evolucionado muchísimo desde el inicio de su carrera pero que siempre ha conservado ciertas características que le han acompañado: velocidad, verticalidad y regate.
Destaca su capacidad para inmiscuirse en jugadas de gol, siendo la pasada temporada en el Eibar, junto a Mendilibar, su mejor muestra de ello, habiendo jugado 31 encuentros y habiéndose visto envuelto en un total de dieciocho jugadas que acabaron en gol, siendo ejecutor en ocho ocasiones y asistente en otras diez (entre Lga y Copa del Rey).
Partiendo como extremo, Orellana es un estilete con capacidad de desborde y generación de juego desde fuera hacia dentro, un jugador de banda ‘mentiroso’ que tiende a ocupar espacios de definición y último pase en el área, provocando inestabilidad en las defensas con un buen control del balón, un gran disparo y una visión de juego superlativa. La velocidad ha ido decreciendo en favor del dominio del balón como arma representativa, aunque su valor con respecto a la creación de juego sigue intacta. Es ahí donde parece que el perfil del chileno encaja en las necesidades más acuciantes del Real Valladolid que hemos visto en la 2019/20.
En ese mismo contexto, parece interesante evaluar dónde podría sumar Fabían Orellana en la idea que nos ha mostrado Sergio González en la temporada pasada, incluso sabiendo que nuevas incorporaciones, salidas o ideas podrían cambiar el dibujo utilizado por el técnico catalán para la siguiente campaña. Centrándonos en LaLiga, el técnico catalán ha apostado mayormente por el dibujo del 1-4-4-2, por lo que su lugar más lógico a la hora de incorporarse en ese mismo dibujo, sería como interior izquierdo o derecho.
En un rol bastante conocido y asentado en el Valladolid, sobre todo en las botas de Óscar Plano o Toni Villa, la banda solo sería un punto de partida desde el cual poder apoyarse en el juego interior y aparecer como jugador importante en asociación para contribuir a la finalización, pero pudiendo ser, según contexto, un buen actor pegado a la cal si la ocasión así lo requiere. Por ser diestro, parece que la izquierda le enfoca más a ese rol, por lo que entraría en pugna directa con Toni, pero se le ha visto más en la derecha, variando bastante su posición, incluso como enganche, ubicado más en el interior y apoyando la ofensiva desde la una segunda línea tras los delanteros.
Lo que podemos encontrar con Orellana es precisamente ese jugador que facilite la llegada a puerta. Un creador de juego que pueda dar argumentos a los delanteros y que sume, también, contribuyendo desde su propia habilidad a la hora de finalizar (su mejor tasa anotadora fue con el Real Club Celta en Segunda División, con catorce tantos, en la 2011/12). Un perfil necesario, que encajó a la perfección con Mendilibar en el Eibar y que se espera se vuelva a manifestar con Sergio en Valladolid.
A pesar de la dificultad de su carácter dentro y fuera del campo (este año, nueve amonestaciones y una expulsión) y de las dudas que pueda generar su rendimiento con los 34 años cumplidos, Fabián Orellana es un talento natural que puede revolucionar, desde el juego, las posibilidades del equipo pucelano para una nueva campaña en la élite del fútbol español.