Aunque marca el objetivo en «40-41 puntos», el técnico del Real Valladolid alabó el trabajo del equipo para tener la permanencia prácticamente atada
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«Un paso de gigante». Eso es lo que ha sido, en opinión de Sergio González, la victoria del Real Valladolid ante el Deportivo Alavés este sábado. Aunque la permanencia aún no es matemática, lo cierto es que los blanquivioletas rozan ya con la punta de los dedos su continuidad en Primera División.
Este resultado permite al Pucela «descongestionarse» y, por ello, el catalán espera que en los próximos encuentros el equipo muestre una versión aún mejor.
«Ese liberarse nos va a hacer ser mejores, más atrevidos. Tenemos mucha fortaleza mental y hemos pasado un momento de un aprendizaje brutal. Llevan poco tiempo con esa presión de pelear por el resultado, de tener esa responsabilidad de mantener a la institución en Primera, pero estos partidos les hacen crecer muchísimo. Espero que el equipo pueda crecer un poquito desde la no responsabilidad: la misión será que no se desconecte nadie», aseguró.
Y es que la presión «es máxima», con «situaciones límites» en las que cualquier error puede costar muy caro. Así las cosas, el técnico entiende que los suyos hayan explotado en la celebración del gol de Joaquín. «La sensación es que virtualmente puedes estar salvado aunque hasta que no esté la vaca bien atada no puedes decirlo. Nos queda un último pasito y tenemos que seguir creyendo. Este partido es muy importante para seguir fortaleciendo a los futbolistas, que llevan mucho tiempo jugando bien, pero los resultados nos hacían un flaco favor», explicó.
Con todo, Sergio González no quiere hacer «cábalas» y cifra el objetivo en «llegar a esos 40 o 41 puntos que certifiquen la permanencia». «Es verdad que vamos viendo que los demás no puntúan y eso te ayuda y te da cierta tranquilidad para afrontar los partidos. Si hacemos bien nuestros deberes y sumamos esa cifra conseguiremos la permanencia. Ese es el único objetivo y en lo que estamos focalizados», insistió el catalán.
Lo que sí hizo fue alabar el trabajo hecho en los últimos meses. «Sabíamos que eran partidos de mucha responsabilidad en los que cualquier mini detalle iba a tener mucha trascendencia. El trabajo que han hecho en sus casas ha sido brutal y han creído en el mensaje que les dimos de que todos iban a ser muy importantes. Me quedaría corto al alabar el trabajo de toda la entidad, que ha sido brutal. Hemos cometido muy pocos errores y eso es mérito de todos», agradeció.
Sobre el encuentro, reconoció que no había sido «bonito» porque tanto el Real Valladolid como el Alavés habían salido «muy atenazados». «Había mucho en juego y éramos muy previsibles con balón y muy imprecisos sin él. Estábamos más pendientes de no cometer un error. El balón parado, que nos quitó los tres puntos el otro día, nos lo ha devuelto con ese centro. El fútbol tiene esto: si trabajas, compites y te entregas te la tiene que devolver», afirmó.
En esa misma línea, explicó que los de Garitano habían propuesto un partido para «pillar» al Pucela «en transiciones». «Ha sido un poco obtuso por un exceso de responsabilidad. Hemos intentado darle mucha frescura a las bandas en la segunda parte y buscamos muchos centros laterales para recuperar esa profundidad y poder tener opciones de llegar al remate», apuntó.
Por último, destacó la «fortaleza grupal». «Estamos en un nivel muy parejo: no tenemos ningún foco principal, ninguna estrella, ninguna referencia. Somos todos buenos futbolistas, buen staff. Cuando nos unimos esa sinergia hace que seamos un equipo más completo», finalizó.