En agosto, Dragan Isailovic igualará sus años en España con los que vivió en su Serbia natal. En la ciudad del Pisuerga ha hecho su vida tras retirarse y mantiene amistad con otros veteranos como Víctor, Marcos, Alberto López o Juan Carlos
Dicen que uno no es de donde nace, sino de donde pace. Y ese es el caso de Dragan Isailovic, que llegó al Real Valladolid como el fichaje más caro de su historia y que, después de colgar las botas, estableció su vida en la ciudad del Pisuerga.
El exdelantero explicó en un nuevo programa de ‘Charlas en casa’ los motivos que le llevaron a hacer de Pucela su nuevo hogar. «Tenía Valladolid como mi residencia de vacaciones, en Navidad… Mis hijos empezaron a ir al cole aquí y no podía aguantar estas lejos. En agosto se igualarán los años que estoy en España desde que llegué de Serbia con los que pasé allí, así que a partir de ahí cuento más como vallisoletano que como serbio», apuntó.
En esa estancia pucelana juegan un papel importante algunos de sus compañeros de vestuario. «Nos mantenemos más cercanos que la gente de ahora. Agradezco haberme quedado en Valladolid y tener a Víctor, Marcos, Javi Torre, Alberto, Juan Carlos ‘Capi’… Es la gente que está en mi vida y me hace mucha ilusión que estén ahí para lo que necesite», subrayó.
Junto a ellos, Isailovic forma parte de la Asociación de Veteranos del Real Valladolid, que se reúne de manera continuada todos los jueves y en ocasiones especiales como Navidad. «Espero asistir muchos años más porque tenemos una amistad estrecha entre todos. Me gusta mucho porque competimos en varias ligas de fútbol 7 y fútbol 11 y el que ha competido está siempre metido mentalmente. En Navidad solemos hacer una cena para repasar el año y hacer homenaje a los veteranos que nos han dejado», explicó.
La espinita clavada del serbio, con todo, es que apenas cuentan con jugadores que han colgado recientemente las botas. «No tenemos nuevos veteranos. Javi Baraja y Álvaro Rubio suelen venir alguna vez a jugar y se agradece. Estaría bien que fuera una tradición y que estemos muchos años así, juntos», afirmó.
Pero su vida en Valladolid va más allá. Tras establecerse de manera definitiva, abrió en 2009 el primer restaurante japonés de la ciudad, Nippon, con una decoración innovadora que espoléo a la hostelería local a «arriesgar» más en este aspecto. Actualmente, es el propietario de Ingoal, un establecimiento con campos de fútbol indoor dedicado a la «celebración de cumpleaños, eventos, ligas, torneos…».
De momento, aunque tiene el carnet serbio, no se plantea ser entrenador. «Después de haber tenido tantas mudanzas necesitaba un poco de calma. Tengo el carnet de entrenador de Serbia, pero no me lo convalidaron aquí. Habría que empezar desde cero pero, cuando tienes un trabajo de estas características, no te queda tiempo. Yo abro por las tardes, cuando los equipos entrenan, y es muy poco compatible», apuntó Isailovic.
Otro ‘viejo rockero’ para la cantera
Otro de los veteranos con los que Dragan Isailovic mantiene una muy buena relación es José Luis Santamaría, recientemente nombrado entrenador del Cadete B del Real Valladolid. Con él compartió vestuario y le recuerda como alguien «del que nadie diría que es futbolista» y «muy querido» en el entorno blanquivioleta.
«Es un tío muy protector de la naturaleza, por aquella época tenía tres o cuatro perros. Le gusta leer, es un bohemio, distinto totalmente. Cuando empezó la guerra entre Serbia y Kosovo sacó una camiseta que ponía ‘Este no es el camino. Paz’. Cuando jugaba, aportaba mucho mentalmente: era efectivo, bastante listo y jugaba mucho con la cabeza», rememoró.
Isailovic, que cree que la apuesta por la gente de la casa es la acertada, cree que ‘Santa’ puede aportar un plus a la formación de los chicos. «Si quieres a este club sumas de corazón. Sí que se les aprieta para que sigan estudiando pero no es una cosa habitual. El les puede aportar el ver otras cosas: pueden crecer como personas, ser educados… Es un tío con el que se puede hablar de todo porque tiene sus inquietudes en muchos campos de la vida», finalizó.