Aduriz, con pasado en el Real Valladolid, se enfrentará este domingo a su exequipo en un partido en el que Villalibre, que también militó en el Pucela, será ausente por lesión
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Foto: Athletic Club
El Real Valladolid encara en el José Zorrilla un duelo clave para seguir caminando hacia la permanencia ante el Athletic Club, un rival que trae un buen sabor de boca desde la pasada temporada, en el que un golazo de Waldo supuso un avance enorme para los objetivos de los pucelanos. Esta temporada, el choque contra los vizcaínos trae, además, grandes recuerdos para, sobre todo, dos importantes efectivos de la zona ofensiva del equipo vasco con pasado blanquivioleta: Aduriz y Villalibre. Con todo, solo el primero volverá a la que fue su casa, ya que el ‘Búfalo’ es baja por lesión.
Aritz Aduriz estuvo en el equipo vallisoletano desde la temporada 2004/05, en la que llegó procedente del Burgos, que en ese momento jugaba en 2ªB, tras haber salido de un Athletic Club que decidió no contar con él tras debutar y jugar tres partidos en Primera División con la elástica rojiblanca. En esa primera temporada con el Pucela, sumó 16 goles en 38 partidos, una cifra más que convincente para que fuera uno de los futbolistas más queridos e importantes del entonces equipo de Sergio Kresic.
Tras una 2005/06 en la que logró marcar 6 tantos en solo 14 encuentros, el Athletic decidió llevárselo en el mercado de invierno, en lo que sería su vuelta a San Mamés. Volvería a marcharse, en dirección al Mediterráneo, hacia Mallorca y después hacia Valencia, para acabar volviendo en 2012 a su casa de siempre. Desde entonces, el balance es de 306 partidos con la camiseta rojiblanca y casi 150 goles para un ‘killer’ que cumplió el pasado mes de febrero 39 años y que se retirará a finales de este curso.
De la misma manera, Asier Villalibre, con apenas 22 años, se ha convertido en uno de los más firmes aspirantes a suplir al veterano delantero y, como él, vistió durante seis meses la elástica blanquivioleta, tras llegar desde el Numancia, equipo en el que permaneció el jugador tras su salida del Athletic en 2017.
Tras unos meses en los que el delantero vasco convirtió dos tantos en cuatro encuentros de Copa del Rey, y en los que también jugó catorce encuentros en liga, volvió a salir rumbo al Lorca, donde acabó la temporada 2017/18. Tras esa etapa en Murcia, acabó volviendo a Lezama en 2018, para ir sumando minutos con el equipo de su vida y afianzarse como opción de relevo a uno de los mitos de la entidad, con el que no solo comparte su gusto por el gol, sino también ese pasado en Pucela.
El idilio de estos dos delanteros vascos se vivió en dos épocas distintas, con distintas realidades y roles. Mientras que la etapa de Aduriz en el José Zorrilla le aupó de alguna manera como uno de los delanteros en forma del campeonato, Villalibre llegó con la vitola de jugador de futuro, que no acabó de encajar en la rutina blanquivioleta y que necesita, aún hoy, seguir demostrando su valía en la élite.
De formas distintas, no obstante, ambos comparten hoy realidad en un Athletic Club que llega a Valladolid tras clasificarse para la final de la Copa del Rey, después de haber derrotado en semifinales a un muy digno Granada y citándose para el último partido con la Real Sociedad, en una final vasca llena de emociones.