Las rojiblancas llegan al ecuador de la competición en puestos de descenso, aunque han plantado cara a los conjuntos más fuertes
Como dice el dicho popular: año nuevo, vida nueva. El San Pío X afronta el 2020 con carisma e ilusión. Pese a despedir el 2019 en decimotercera posición, las rojiblancas son conscientes del largo camino que aún las queda por recorrer en esta aventura por la Primera Nacional, después de una primera vuelta en la que tardaron en carburar y en la que se han colgado el cartel de ‘matagigantes’ al sumar ante los conjuntos punteros de la clasificación.
Costó arrancar la moto
La temporada 2019/20 arrancó para las rojiblancas con la ilusión de volver a militar en Primera Nacional –conocida como Segunda División hasta la creación de la Reto Iberdrola– tras dos temporadas en Regional. Con todo, el inicio no fue fácil, pues las dudas pronto se instalaron entre las de Martín Olmedo, que veían cómo el trabajo no acababa de dar sus frutos.
Así, el curso comenzó cuatro derrotas ante La Solana, el Olímpico de León, el Samper y el Alhóndiga y dos empates frente al Dinamo Guadalajara y el Salamanca UDS. Aun así, el San Pío no bajó los brazos, y el encuentro ante el conjunto charro fue buena prueba de ello. Tras ir perdiendo por tres goles a cero, las vallisoletanas igualaron el marcador e incluso pudieron llevarse la victoria, lo que puso de manifiesto la gran capacidad de reacción del equipo.
Sin embargo, las jornadas transcurrían y el primer triunfo se resistía tanto que la situación empezaba a preocupar. En los siguientes partidos ante el Torrelodones y Olímpico de Moratalaz –ambos finalizaron con empate a dos– las rojiblancas siempre se quedaron con ganas de más.
‘Matagigantes’
La sorpresa llegó en la novena jornada. Las del barrio de Girón se desplazaron a Madrid con la ilusión de jugar en uno de los campos más majestuosos del fútbol femenino. El Atlético de Madrid C, uno de los equipos más fuertes, no pudo derribar a un San Pío que puso las cosas muy difíciles desde el primer minuto. El partido finalizó con 1-1, pero para las vallisoletanas fue algo más que un punto.
Así, con el recuerdo reciente del partido frente a las colchoneras, las de Martín Olmedo se impusieron por cuatro a uno a Nuestra Señora Belén, actual colista y rival directo en la lucha por la permanencia.
Y, tras el tropiezo ante la UD Tres Cantos, las rojiblancas volvieron a ponerse el traje de ‘matagigantes’. Selva, Raquel y Laura dieron un golpe sobre la mesa al anotar los goles de la victoria del San Pío ante el CFF Albacete, que era segundo clasificado y no había caído en su feudo.
Este domingo, las vallisoletanas tendrán una nueva oportunidad de mostrar su buen hacer ante los equipos fuertes de la categoría. En concreto, ante el líder, La Solana, que visita Los Cerros con solo dos derrotas en su casillero.
Con los pilares de la última temporada en Primera Nacional
Una de las bases sobre las que se ha construido este San Pío ha sido la de mantener los pilares de la plantilla que militó, hace dos cursos, por última vez en la categoría. A esa base se unen otras futbolistas que están dando sus primeros pasos en categoría nacional, lo que ha convertido al cuadro vallisoletano en una mezcla equilibrada de veteranía y juventud.
Así, Peke, Sara, Mónica Padilla, Laura, Raquel Olmedo, Paula y Cris Franco, encargadas de comendar el ascenso la pasada campaña gracias, precisamente, a ese mantenimiento del bloque, son ahora los cimientos sobre los que se erige un equipo que también se ha reforzado con talentos jóvenes como las porteras Carlota y Sheila, Joa, Rut y Alicia.
Asimismo, otra de las claves sobre las que se sostiene el conjunto rojiblanco es su filosofía familiar y cercana, toda vez que muchas de sus futbolistas llevan años formando parte del club. Es el caso de algunas de las citadas anteriormente, como Peke, Raquel Olmedo o Alicia, a las que también se unen otros nombres como Leticia y Natalia.
Trabajo en todas las demarcaciones
Aunque todas las jugadoras han desempeñado un buen papel sobre el terreno de juego, en ocasiones la buena suerte les ha dado la espalda, pero hay nombres que no deben pasar desapercibidos. El primero de ellos es de de Joa. Pese a que no ha podido disputar los últimos encuentros por molestias físicas, la delantera es una de las jugadoras que llaman la atención por su velocidad, lucha y entrega en cada partido. Es la referencia en el ataque del San Pío.
Otro nombre destacado es el de Laura Monge. La extremo derecho ha servido como revulsivo en las segundas partes, ofreciendo frescura, desparpajo y desborde por banda. Incluso ya sabe lo que es celebrar un gol esta temporada.
Junto a ella, también destaca Peke. La zaguera ha aportado su veteranía y su versatilidad a la línea defensiva, en la que ha actuado principalmente de central. Su buena labor ha sido decisiva para desbaratar cualquier intentona de peligro por parte de los rivales. El contraste con ella es Leticia, menos experimentada, pero con unas condiciones un tanto semejantes: su trabajo y su intensidad se proyectan tanto como lateral como en la posición d ecentral.