Pese a ponerse con dos goles de ventaja, el Real Valladolid Promesas acabó cediendo un empate en la última jugada del encuentro

La crueldad sigue instalada en el Real Valladolid. Al empate sobre la bocina del primer equipo este sábado ante el Valencia se sumó en la mañana del domingo el del Promesas, que vio cómo el Guijuelo se llevaba el premio Gordo al remontar los goles de Zalazar y Doncel en los últimos minutos del choque. Al igual que sucedió en el José Zorrilla, el tanto del empate llegó en la última jugada del encuentro.
En una mañana desagradable, marcada por el fuerte viento y la intensa lluvia, la primera oportunidad fue para el conjunto de Ángel Sánchez. En un libre directo botado cuando solo se había disputado un minuto, Samu Pérez tuvo que volar para desviar a córner un potente disparo que buscaba la escuadra.
Tras el susto, los blanquivioletas se hicieron con el control del esférico y empezaron a manejar los tempos del partido, combinando para llegar al área rival. En una de esas jugadas, Doncel, escorado a la izquierda, vio a Miguel en el centro del área y le filtró un pase medido, pero el remate del canterano se marchó alto.
Con el paso de los minutos, el Guijuelo construyó un sólido muro atrás, en el que los de Javi Baraja apenas encontraron resquicios. Al mismo tiempo, Kike Pérez se erigió como el gran seguro del filial, destruyendo todas las jugadas que pudieran entrañar peligro y robando balones para lanzar rápidas contras.
No obstante, Samu tuvo que volver a intervenir al filo de la media hora. El cancerbero del Promesas metió lo justo la manopla para desviar a córner un cabezazo de Carlos Rubén que buscaba el fondo de la red.
Tras el paso por vestuarios, el viento y la lluvia arreciaron, haciendo cada vez más difícil la práctica del fútbol. Aun así, el encuentro siguió un guion similar al del primer acto. Nuevamente, fue el Guijuelo el que provocó el primer ‘uy’ en la grada con un cabezazo de Adri Cruz que se paseó por la línea de gol.
Al igual que en la primera parte, el susto espoleó al Promesas, que empezó a generar más ocasiones de peligro. Víctor aprovechó el envío de Kike Pérez para, tras irse de Dani Hernández, armar un potente disparo que repelió Guille Vallejo al hacerse grande. Baraja movió el banquillo para dar entrada a Apa en sustitución de Mancuso, lo que permitió que Oriol Rey volviera al centro del campo y el equipo creciera.
Así, también Zalazar pudo abrir la lata al aprovechar un error en la salida de balón de los salmantinos. Recogió un envío de Víctor y armó un potente disparo desde la frontal, que Carlos Rubén tocó lo justo para evitar que acabara en el fondo de las mallas. Acto seguido, el ‘7’ volvió a estrellarse contra el cancerbero salmantino.
La insistencia del Promesas se vio recompensada a falta de un cuarto de hora del final. Zalazar, solo en el segundo palo, mandó al fondo de las mallas un estupendo centro de Doncel desde la izquierda, desatando la locura en las gradas de Los Anexos.
Quería más el filial, que a los dos minutos aumentó la distancia. Esta vez, fue Doncel el que se disfrazó de goleador al culminar una bonita jugada. Víctor se la dejó a Miguel en la derecha y este, con un pase atrás, se la dejó al ‘8’ para que solo tuviera que rematar.
Otra remontada en el tramo final
Foto: Sergio Borja
Se las prometía felices el filial, hasta que, en el 86′, Jaime vio la segunda amarilla por cortar un balón con la mano y enfiló el camino a vestuarios, dejando al Promesas con un hombre menos.
En la ejecución de ese libre directo, Jonathan recortó distancias con un espectacular latizago, imparable para Samu. Fue el principio del fin para los blanquivioletas, que dejaron su racha sin encajar en 470 minutos.
La expulsión del zaguero fue un mazazo demasiado duro para los de Javi Baraja, que acabaron el choque sin centrales puros, con Raúl Navarro y Corral actuando en esa posición y Víctor retrasado al lateral izquierdo.
Pero aún quedaba lo peor. En la última jugada del partido, un ataque mal defendido por la zaga del filial acabó con el postrero 2-2. Tras una sucesión de rechazos, Pablo Espina cazó un balón muerto y, sin piedad, mandó el balón al fondo de las mallas.
Así las cosas, el Real Valladolid Promesas no pudo acabar 2019 con el buen sabor de boca que deseaba y con una dosis de crueldad inesperada e inmerecida. Con todo, los de Javi Baraja cierran su particular ‘tour de derbis’ sin derrotas y continúan sin caer en Los Anexos, lo que les permite llegar al parón navideño en cuarta posición.
Real Valladolid Promesas: Samu Pérez; Raúl Navarro, Jaime, Oriol Rey (Soberón, min. 83), Corral; Víctor, Mancuso (Apa, min. 64), Kike Pérez, Doncel (Pablo, min. 87); Zalazar y Miguel.
Club Deportivo Guijuelo: Guille Vallejo; Juanjo (Dieste, min. 79), Jonathan, Jesús, Dani Hernández; Luis Lara (Sikorski, min. 79), Adri Cruz (Carmona, min. 69), Carlos Rubén, Andi, Fekir; y Pablo Espina.
Goles: 1-0, min. 76: Zalazar; 2-0, min. 78: Doncel; 2-1, min. 88: Jonathan; 2-2, min. 90+4: Pablo Espina.
Árbitro: Cambronero González, del colegio castellano-manchego, asistido en las bandas por González-Campo Monroy y Carrasco Hervás. Amonestó a los locales Kike Pérez y Mancuso y a los visitantes Adri Cruz, Luis Lara y Sikorski. Expulsó por doble amarilla al blanquivioleta Jaime.
Incidencias: Partido correspondiente a la decimoctava jornada en el grupo II de Segunda División B, disputado en Los Anexos ante unos 250 espectadores.