Sergio González contó con el almeriense para doble pivote en el partido ante el Atlético de Madrid. Cumplió con las expectativas en la cuarta pareja de medios utilizada hasta el momento
El pasado domingo, en la alineación con la que salió el Real Valladolid a plantar cara al Atlético de Madrid, se pudo observar una novedad. Joaquín, quien aún no había disputado ningún partido como titular en la presente campaña, estaba en el once inicial. Sin embargo, lo inusual no fue su presencia, sino su posición, ya que el almeriense abandonó la zaga, donde suele situarse habitualmente, para colocarse de mediocentro.
La labor de Joaquín durante todo el partido fue encomiable, tanto con balón como sobre todo sin él, tanto por arriba como por abajo. Se impuso en el centro del campo, realizó las tareas defensivas de la posición a la perfección y fue un complemento perfecto para la defensa, interceptó, robó y supo mantener a la joven estrella rojiblanca João Félix y a Thomas, que llegaba en un gran estado de forma.
Las lesiones que ha sufrido el conjunto blanquivioleta han obligado a Sergio González a probar cuatro parejas diferentes de mediocentros desde el inicio, seis en total contando los minutos que ha jugado Anuar, que en temporadas anteriores fue clave en el equipo en algunos tramos de la competición y, de momento, no ha gozado de mucho protagonismo.
No obstante, no fue la primera vez que Joaquín cumplía con este rol. La temporada pasada, ya disputó el partido ante el Alavés como centrocampista. Además, en su etapa en la UD Almería también disputó algún que otro encuentro en esta posición. Por tanto, ya tenía algo de experiencia en este terreno.
Lo que está claro es que Sergio González ha encontrado una pieza más que puede colocar en el centro del campo, donde puede aportar bastante el almeriense, como demuestra la prueba pasada ante un rival de entidad. Es otra alternativa más que le puede venir bien al Real Valladolid a lo largo de la competición.