Rubén Arranz se pronuncia sobre la polémica en torno a la decisión del club de no realizar promoción alguna para el encuentro del próximo sábado ante el Celta de Vigo en una nueva pieza de ‘Jugador Nº12’.
Estos días, ante la inminente visita del Celta de Vigo, ha surgido en diversos lugares el debate de si el Real Valladolid debe hacer promoción o no de entradas para intentar que Zorrilla presente un aspecto de lleno ante un partido tan importante.
He de reconocer que es un tema complejo y con opiniones para todos los gustos. Los hay que sí desean promoción y los hay que no. Ambas corrientes de opinión son absolutamente respetables, por supuesto.
En mi caso particular y como abonado del club, estoy totalmente en contra de que se haga promoción alguna. Primero porque nosotros los abonados estaríamos siendo perjudicados ya que pagamos religiosamente -o por amor- nuestro abono en verano y segundo porque estaríamos rodeados de miles de oportunistas que solamente van a Zorrilla cuando les semi-regalan las entradas o cuando las cosas van bien.
Son éstos aficionados de boquilla, que llenan la Plaza Mayor en los ascensos y el resto del año hibernan cual erizo. Aficionados de hoja de lunes que se pasan el resto del año criticando todo lo que se mueve en el Real Valladolid sin tener la más mínima idea de lo que se cuece en el equipo o de las circunstancias que le rodean.
Junto a ello, se puede hacer otra reflexión: si este partido es tan importante -que lo es-, la ciudad de por sí debería responder haya o no haya promoción de entradas. Si no lo hace, es que solamente merecemos acudir a Zorrilla los 8.000/10.000 «de toda la vida», como coloquialmente decimos.
¿El partido es importante? Sí y mucho, una victoria te deja a un punto de ellos con el golaverage ganado y una derrota te deja a siete puntos de ellos y con la media de goles perdida, pero no menos importantes van a ser el resto de los ocho partidos que nos quedarán por disputar después en Zorrilla (Almería, Las Palmas, Huesca, Cartagena, Hércules, Sabadell, Recreativo y Guadalajara).
Siendo así, ¿hacemos promoción de entradas en todos y cada uno de los partidos que quedan porque tambien son importantes y nos reimos en la cara del abonado que ve como él se ha tragado todos y cada uno de los partidos sean buenos, malos o penosos y ve como el oportunista se ve los «buenos e importantes» a un precio de risa?
En ese caso, quizá la próxima temporada se lo piense, no se abone y decida ir por ‘cuatro euros’ a ver los partidos más importantes unicamente. Porque, compañeros, si me dicen que el partido contra el Celta es vital, a vida o muerte o como se le quiera denominar, el resto también lo son. ¿O ganando al Celta ya estamos en primera?
Haciendo este tipo de promociones tambien puede dar a lugar a que los más de mil celtistas que van a acudir en masa no se gasten lo que cuesta una entrada en su zona y queden con gente de Valladolid para conseguir las entradas de la promoción a un precio un poco más elevado, tal y como ya ocurrió contra el Sporting de Gijón en el famoso partido de las entradas a 75€ en el que se hizo una promoción exclusiva para abonados de entradas a cinco en los dos fondos del estadio, una actitud vergonzosa y bochornosa que incluso tuvo como protagonista a alguna persona que tiene relación indirecta con el club.
Muchos temen que los mil vigueses tapen a los ocho mil pucelanos. A mí lo de la animación me importa más bien poco, ya que si de verdad el equipo necesita apoyo debería tenerlo de esos ocho mil blanquivioletas a muerte. Me importa más el equipo, los once que salten al verde. Me importa más el juego que realicen los de Djukic. El que Guerra enchufe una o tres, el que Nafti corte quince balones y por su zona casi ni pase el árbitro. El que la defensa esté perfecta y los laterales tengan balones que centrar. Que Sisi o Nauzet estén enchufados y tengan el partido perfecto. Que Jaime saque balones a bocajarro con la ya famosa posición de hacer la cruz y levante a todo el estadio.
Y lo más importante y lo que más me preocupa es que el Celta sepa que viene a jugar a Zorrilla, y en Zorrilla deben y tienen que morder el polvo, sentir el miedo, saber que en nuestra casa no nos gana absolutamente nadie. Tienen que salir acongojados, con las piernas temblando y pensar: ¡This is Zorrilla!
Porque solamente los que de verdad desean un objetivo y pelean por ello sin descanso finalmente lo consiguen. Porque solamente los que se levantan una y otra vez sin cese alguno lo consiguen de verdad. Porque como dice Miroslav Djukic, ¡somos Valladolid! Y porque, como decía Don Marcos Fernández -que en paz descanse-, somos una ciudad entera por un equipo de primera.
Y porque la afición fiel, los que vamos a Zorrilla haga sol, llueva, nieve o caigan piedras deberíamos decir aquello de ¡aquí otra vez, a verte ganar, si te veo caer te levantaré, ale pucela alé! Pase lo que pase en el terreno de juego. ¡Ahora más que nunca, Real Valladolid!