Real Valladolid y Eibar fueron incapaces de hacer gol en un partido marcado por la expulsión de Arbilla y un árbitro que no favoreció el juego

No pudo ser. No hubo vuelta a la senda del triunfo. El Real Valladolid regresaba a su casa, a Zorrilla, después del gatillazo en el Bernabéu con ganas de darse una alegría, de volver a encauzar las aguas, pero no hubo tu tía. Un triste empate sin goles en un partido marcado por la lluvia, trabado ante el Eibar y que desde luego no pasará a la historia por lo entretenido que fue. Y como muestra de ello, el hecho de que este concluyera sin goles, sin mayor pena ni gloria. Cero a cero. Un punto y a casa, que diría aquel.
Y eso que el partido no comenzó con mal ritmo. Si hay una cosa clara de este Pucela durante la presente temporada es que tiene las cosas claras, sale siempre a plantarle cara al rival y a tratarle de tú a tú independientemente de cómo se llame este y de dónde se dispute la contienda. ¿Contra el Betis? Adelante, sin miedo. Sergio y los suyos no se arrugan. ¿Bernabéu? Mete quinta, que no nos quedamos parados. Se trata de una de las grandes virtudes de los blanquivioletas, que compitiendo en Primera División no es poco.
Así las cosas, mismo once que la semana pasada ante el Real Madrid con el único cambio de Óscar Plano en el lugar de Antoñito para darle más mordiente a la banda derecha. Enfrente un Eibar que quería seguir poniendo tierra de por medio tras doblegar al Alavés la semana pasada y continuar con la escalada hacia la zona noble de la tabla. El resultado fueron 90 y tantos minutos para el olvido.
Jugando bajo la lluvia
Quizá fuera el tiempo atmosférico, a lo mejor la incompatiblidad de ambos equipos sobre el terreno de juego, chance que os jugadores no tuvieron el día. La cuestión es que la primera parte ya vino a marcar lo que iba a resultar del total. Toni hacía bailar en su banda a Rubén Peña mientras que Míchel y Alcaraz se peleaban por el dominio del centro del campo con Pape Diop y Escalante, con un dominio alterno. El Eibar no era capaz de imponer su juego de presión y el Pucela no se sentía cómodo sobre el verde.
Y hablando de Verde, sería el italiano el que acabaría poniendo un poco de mordiente al encuentro. Su entrada bien avanzada la segunda mitad vino a ser un soplo de aire fresco para los de Sergio González, mientras la grada continúa preguntándose por qué el italiano no termina de ser titular. Peleó, hizo saltar un par de ‘¡uyyyy!’ en la grada en la recta final del partido y se fue aplaudido. Pero eso fue ya casi con el choque concluido.
Entre medias Eibar y Real Valladolid se peleaban por hacer el primero de la tarde con más intención que realidades. Y es que ambos conjuntos parecían hundirse en el césped de Zorrilla, no terminaban de hacerse espacio. Errores insospechados en los pases más sencillos, desplazamientos en largo que terminaban por salirse de banda y un árbitro que desde luego no favorecía el juego fluido. Sí. Y es que la presencia de Guillermo Cuadra Fernández terminó por convertirse en un incordio.
El trencilla parecía dispuesto a dinamitar todo aquello que amagara con convertirse en una ocasión de gol para cualquiera de los dos equipos. Un leve toquecito en el que el jugador de turno acababa en el suelo era siempre una falta inapelable, mientras que otras jugadas que aparentaban un poco más de sanción quedaban en nada. En definitiva, un encuentro trabado y sin ritmo de juego.
Ni siquiera el paso por vestuarios pareció mejorar la situación. ¿Se preguntan por las ocasiones? Realmente hubo muy pocas que describir. Si acaso Masip desviando un cabezazo de Orellana al final del primer round o un centro del propio chileno que casi acaba en gol en propia del Pucela pero que salvó el portero catalán milagrosamente. El resto aproximaciones a las dos porterías que se quedaban más en las ganas que en otra cosa.
En todo caso es destacable el hecho de que, pese al resultado gafas en el marcador, Sergio González tuviera siempre claridad de ideas en el esquema. La lesión de Moyano, del que habrá que ver para cuánto tiene, propició la entrada de Antoñito y el míster probó con Cop en lugar de un poco acertado Unal.
Cambios naturales que podían haber dado más de sí si el equipo hubiera estado un poco más acertado tras la expulsión de Arbilla, quien ya había visto la amarilla en la primera parte, en el minuto 72 de partido por frenar una contra letal del Valladolid que apuntaba al 1-0. Pero no. No pudo ser, hubo brega pero no tino, y de nuevo hubo que conformarse con un punto en Zorrilla.
Ficha técnica:
0 – Real Valladolid: Masip; Moyano (Antoñito, m.71), Kiko Olivas, Calero, Nacho; Óscar Plano, Alcaraz, Míchel, Toni; Leo Suárez (Verde, m.61) y Enes Ünal (Cop, m.83).
0 – S.D Eibar: Riesgo; Rubén Peña, Arbilla, Paulo, Cote; Escalante, Diop; Orellana (Bigas, m.75), Jordán, Cucurella (Sergio Álvarez, m.87); y Charles L (Kike, m.69).
Goles: No hubo goles.
Árbitro: Cuadra Fernández (Comité balear). Mostró cartulina amarilla a Nacho (m.40), Calero (m.80), del Real Valladolid y a Arbilla (m.15 y 73 -tarjeta roja-), Rubén Peña (m.62), Diop (m.87), del Eibar.
Incidencias: Partido correspondiente a la duodécima jornada de la Liga Santander, disputado en el estadio José Zorrilla ante 16.038 espectadores. Antes de comenzar el encuentro, se guardó un minuto de silencio en recuerdo del que fuera alcalde de Valladolid, Tomás Rodríguez Bolaños.