El defensa central se ha recuperado de sus molestias físicas, aunque no es segura su participación en el partido del viernes ante el Espanyol
La buena noticia llegaba este jueves por la mañana tras concluir el penúltimo entrenamiento del Pucela. Kiko Olivas se había ejercitado con el grupo, aparentemente, sin molestias en su tobillo. Minutos más tarde, el técnico del Real Valladolid, Sergio González, aseguraba en rueda de prensa que el jugador estaba «muy bien» y que, a falta de una última sesión preparatoria, estará listo para entrar en el once.
Sin embargo, pese a lo gratificantes que suenen las palabras del entrenador catalán, aún no está claro que el defensa pueda disputar de inicio un choque tan exigente como el que se espera. La hipotética ausencia del malagueño se presenta como un serio problema para los blanquivioletas, vista la importancia de la solidez defensiva y el peligro que supone una delantera formada por Borja Iglesias, Hernán Pérez y Sergio García.
El hueco que dejaría Olivas en el centro de la zaga obliga al cuerpo técnico a buscar un sustituto para esa posición y encontrar un serio remplazo que frene, junto a Calero, las ofensivas del cuadro espanyolista. A poco más de veinticuatro horas para que comience el encuentro son varias las piezas que aspiran a completar el puzzle del míster González.
Si el equipo opta por usar un remplazo natural el mejor posicionado es Joaquín. El futbolista, que ha entrado en la convocatoria, llegó este verano procedente del Almería amparado por las más de setenta titularidades en la categoría de plata y con la vitola de futura promesa nacional. Desde su incorporación al club, el jugador ha pasado más tiempo en la enfermería que sobre el césped. Por eso, su alineación en un partido de estas características aun genera dudas. No obstante, de acabar jugando, el conjunto vallisoletano formaría con la pareja de centrales más joven de la Liga. Entre él y Fernando Calero apenas suman 45 años.
La otra opción más probable sería repetir con el recurso utilizado en el Villamarín: Borja Fernández. Cumplido el minuto cincuenta de partido, y con los gestos de dolor de su compañero lesionado, ‘El Abuelo’ salía al rescate y retrasaba su posición habitual para contener las tarascadas del Betis. El plan funcionó y el Real Valladolid regresó a casa con tres puntos fundamentales. La opción Borja podría repetirse este viernes, pues a su favor cuenta con la amplia experiencia y la seriedad propia de un deportista veterano.
Más rocambolesco sería ver al lateral Moyano ocupando esa posición. Sin embargo, el gran nivel tanto suyo como de Antoñito, quien le supliría en su puesto, no descarta del todo dicha alternativa. De hecho, el jienense ya ha sabe lo que es jugar como central, la última vez ante el Reus Deportiu todavía con Luis César en el banquillo y para sustituir precisamente a un Kiko Olivas que había visto su segunda amarilla.
Los descartes de Guitián, Luismi y el joven Salisu, también con molestias, reducen el número de elecciones. A priori Olivas podrá jugar, pero no se descartan cambios. Eso sí, en caso de que entre un sustituto, éste tendrá la difícil labor de lidiar con el segundo mejor equipo de la Liga y mantener el gran nivel de la defensa castellana en el presente curso.