Análisis del próximo rival del Real Valladolid

La de siempre, la que empieza a convertirse en una costumbre cuando el Pucela se juega el todo por el todo. ¿Que hay una oportunidad única de dar el do de pecho y colarse en el play-off? Tropiezo estrepitoso y decepción total. Y no hablemos del ya bien sabido adiós de Luis César Sampedro. Duele decirlo en voz alta, pero parece que la afición ha tenido que irse acostumbrando a algo que se ha vuelto una serenata que se canta en los momentos más inoportunos.
Y así es este maldito calendario, caprichoso como él solo. Después de una metedura de pata de proporciones épicas… toca volver al ruedo en casa ante un Sporting de Gijón, eterno rival, que llega lanzado como una bala y a por todas a Zorrilla. Un encuentro que se torna fundamental no solo por los puntos, que también, sino porque podría implicar la ruptura definitiva con el equipo esta temporada.
Mejor imposible
Efectivamente, la que se avecina este domingo no pinta fácil para el Pucela y para Sergio González como nuevo entrenador. Los de un viejo conocido como es el Pipo Baraja llegan lanzados, y no hay mejor demostración para estos casos que los números. Veinticinco puntos de veintisiete posibles, o lo que es lo mismo, ocho victorias y un empate en sus últimos nueve compromisos sitúan a los rojiblancos en la parte más alta de la tabla tras imponerse al Reus (2-1) hace tan solo unos días en El Molinón.
Todo se remonta al pasado dos de febrero. El Sporting hincaba la rodilla, para decepción de los suyos, en un partido en el que muchos darían su alma por no perder. Es decir, frente al Oviedo en un choque que, para más inri, comenzaron ganando para terminar con resultado de 2-1 en el Tartiere. El equipo se quedaba a dieciséis puntos del liderato y más en entredicho que nunca.
Pero fue ahí cuando comenzó la resurrección del ave fénix. Vestuario, entrenador y afición apretaron los dientes en vez de venirse abajo y desde entonces se han transformado diecisiete goles a favor y se han encajado dos en contra para completar la transformación de un Sporting que, definitivamente, parece otro. Como si hubiera tomado la poción mágica de Astérix y Obélix, como si Popeye se hubiera tomado sus espinacas. Probablemente estemos hablando del equipo más en forma de toda Segunda.
Y eso no es lo peor. Los gijonenses han recordado una seña de identidad como es el orgullo, la garra y el honor para disputar esta racha positiva de partidos como auténticos leones, una actitud que hace que, lejos de venirse abajo ante las adversidades, hace que se coman al rival que se encuentre enfrente en ese momento. Sí, no hace falta decirlo. Justo al contrario que este Real Valladolid.
Las cosas como son, tras la caída a los infiernos de Primera a Segunda División, el objetivo primordial para esta temporada ha sido desde el primer momento tomar el ascensor de vuelta a la gloria, pese a que la esperanza haya flaqueado en algunas ocasiones. Por presupuesto e historia reciente, este Sporting es de los más capacitados par ello este curso en la categoría de plata, sin ninguna duda.
Armas poderosas
¿Pero y qué tiene este Sporting de Gijón entre sus filas para semejante cambio de tendencia en tan poco espacio de tiempo? Suena a magia, desde luego. Lo cierto es que el vestuario rojiblanco está plagado de quilates, con jugadores que ya querrían para sí muchos equipos de Primera División.
Un lesionado Michael Santos que por fortuna no estará en Zorrilla es uno de los pichichis de la categoría con dieciséis celebraciones en su haber, pero lógicamente no es el único. Carlos Carmona o Jony se han convertido en insustituibles en los onces del Pipo con ocho y cuatro goles respectivamente.
Una plantilla joven y muy compensada que bien hay que decir que, hasta que comenzó la remontada e incluso después de ella, tampoco cuenta precisamente con números brillantes lejos de El Molinón. Diecinueve puntos de cuarenta y ocho posibles en dieciséis encuentros como foráneo, con unos datos clavados en goles a favor y en contra también con el diecinueve como protagonista. Cinco partidos ganados, cuatro empatados y siete perdidos como visitante son el resultado final.
Tendrá que hacer frente el Pucela al habitual 4-2-3-1 con el que viene jugando Baraja en sus últimos partidos, con Carmona incordiando por la derecha, Jony entrado como un puñal por la izquierda y Rubén García como escudero en la mediapunta de Nano Mesa, sustituto del mencionado Michael Santos. Y aquí cuenta y cumple todo el mundo, incluso saliendo del banquillo, así que no conviene confiarse.
Curiosidad del rival de esta jornada: Hay clubes que a día de hoy presumen de no haber caído nunca de Primera a Segunda División en toda su historia, véase Barcelona, Athletic y Real Madrid. No es igual, pero lo cierto es que el Sporting puede presumir de llevar ‘bailando’ entre la categoría de oro y la de plata desde 1928, de manera que nunca ha jugado en Segunda B en casi noventa años.