El feudo del Real Valladolid vivió un momento muy emotivo al recordar la memoria de Gabriel Cruz, levantando durante el minuto de silencio 11.617 cartulinas de colores con el dibujo de un pez

Estaba claro que no era un partido más. El Real Valladolid había promovido durante toda esta semana una campaña con motivo del Día del Padre para impulsar la afluencia de público al estadio José Zorrilla. Como consecuencia, el feudo vallisoletano lució una estampa preciosa debido a la gran presencia de pequeños aficionados blanquivioletas en las gradas.
Una presencia aún más emotiva si se echa la vista atrás para recordar todo lo que se ha vivido en estos últimos días en España. Más en concreto, en la provincia de Almería, con el asesinato del niño nijareño de ocho años Gabriel Cruz Ramírez.
En los días previos al encuentro, la Federación de Peñas del Real Valladolid había promovido una iniciativa en redes sociales animando a la gente a llevar al estadio dibujos de ‘pescaítos’ para rendir homenaje al malogrado niño durante el minuto de silencio que iba a preceder al Real Valladolid–UD Almería. Finalmente, fue la propia federación la que repartió en las puertas de acceso al José Zorrilla 11.617 cartulinas.
La afición pucelana no falló y se vivió uno de los minutos de silencio más respetuosos que se recuerdan en el feudo blanquivioleta. Un homenaje que cobró aún más relevancia debido a la ya mencionada presencia de niños acompañados de sus padres.
Además, la UD Almería lució en este partido el dibujo de un pequeño pez azul en el costado izquierdo de su pantalón. Un recuerdo que se vio redondeado con la celebración del tanto de Sulayman Marreh. El de Gambia corrió hasta el banquillo para levantar al cielo un camiseta blanca –con la que los veintidós jugadores saltaron al césped– en la que se podía leer ‘Gabriel, no te olvidamos’.
Un gesto muy aplaudido por las gradas del José Zorrilla, pese a suponer un tanto en contra que obligaba al Real Valladolid a remar contracorriente desde muy pronto. No obstante, por un momento el resultado fue lo de menos: lo realmente importante era rendir luto al pequeño Gabriel.