El entrenador del Parquesol Femenino se marchó del partido frente al Amigos del Duero con sabor agridulce, pese a la victoria por 4-1

El Parquesol Femenino volvió a sumar una nueva victoria –la primera en casa–, tras imponerse por 4-1 al Amigos del Duero. El derbi se quedó en el Saso, donde las naranjas mostraron su poderío con un contundente 4-0 en la primera parte. En la segunda la película cambió y fue como si las vallisoletanas se hubieran quedado en el vestuario.
Ese segundo acto no gustó nada a Óscar González, su entrenador, y por ello se marchó con «un sabor agridulce, como el año pasado contra Guadamur y Vallecas». «En la primera entramos bastante bien al partido, que es algo que este año queremos hacer: salir fuertes y demostrar a lo que queremos jugar y que queremos dominar. En la segunda parte no hemos aparecido en ningún momento», explicó.
«Cuando nos marcaron el gol parecía que el equipo no había entendido el mensaje del vestuario», dijo el técnico. Y es que en el descanso transmitió un claro objetivo a sus jugadoras: no sufrir. «Lo que dijimos era que no queríamos recibir goles y vivir un partido tranquilo. Les dije que prefería ganar 4-0, que no hubiera más goles y tener yo el balón, que 7-1«, afirmó.
Pero al regresar del vestuario el Parquesol no fue el mismo. «El equipo perdió el control porque ha querido. Zamora es un equipo que juega en largo», lamentó. González aseguró que la situación le preocupa «por el hecho de estar en las primeras jornadas», aunque añadió que prefiere que ocurra «ahora». «Estamos en un proceso de evolución. Hay que ver las cosas que hemos hecho mal para corregirlas. Quiero que juguemos igual con 1-0 que con 7-0 y no lo hemos hecho», apuntó.
Lo mejor, sin duda, fueron los tres puntos, ya que las sensaciones del segundo tiempo no dejaron al Parquesol en buen lugar. «Por suerte, hemos ganado este partido por inercia«, sentenció.