Óscar Plano llega a Valladolid tras ser capitán de la AD Alcorcón y el jugador más joven que alcanzó los cien partidos con el club madrileño
En la vida hay muchas formas de hacer historia. Algunas pueden resultar pequeños triunfos, pero no por ello dejan de serlo. En este contexto, puede que haya quien haga de menos lo conseguido por Óscar Plano en la Agrupación Deportiva Alcorcón. El ya nuevo jugador del Real Valladolid fue el más joven en alcanzar los cien entorchados en Segunda con la joven entidad madrileña, cuya experiencia en la segunda categoría es reciente y de solamente siete temporadas.
De esas siete, Plano estuvo presente en más de la mitad, las cuatro últimas campañas, en las que trató de hacerse con su propio hueco en la Liga de Fútbol Profesional a la que ya asomó siendo jugador del Real Madrid Castilla. Allí culminó su etapa en ‘La Fábrica’, a la que llegó siendo bien pequeño, donde no muchos llegan y de donde una gran cantidad de futbolistas salen en busca de la profesionalidad, que es siempre meta pero no siempre final.
Convertido en alfarero para forjarse su propio camino, cuajó desde el primer momento, si bien en su primera temporada en Santo Domingo jugó menos que en las tres posteriores. Lo hizo en veintinueve encuentros y no tuvo el rol de titular que luego sí adquirió. En lo sucesivo no bajó de la treintena de actuaciones: actuó en 32 envites en la 2014/15, en 40 en la 2015/16 y en 38 en la 2016/17 recién concluida, cursos, estos últimos, en los que fue capitán no pocas veces.
Bien valorado, su renovación fue un objetivo del ‘Alcor’ desde el pasado verano, aunque nunca se llegó a fraguar, como demuestra su desembarco en Zorrilla. Y es que, sin ser demasiado goleador, era clave, por mucho que Julio Velázquez le relegase a la suplencia en las últimas jornadas de la pasada liga. Como pasó con Villar, su salida estaba tan cantada que se quedó entre dos aguas.
Precisamente a Juan Villar viene a sustituir, aunque son distintos. Por ejemplo, en esas cifras de acierto de cara a puerta, puesto que hasta ahora no ha marcado muchos goles –nueve, en la 2015/16, es su tope, frente a los dieciocho máximos que traía el onubense–, lo que viene, en todo caso, de que es un perfil diferente de atacante; aunque ha jugado de segundo punta, es más un extremo más abierto, asistente.
A falta de ese instinto asesino de ‘El Duende de Aroche’, Plano tiene más sacrificio y se mueve mejor fuera del área. La movilidad es, de hecho, una de sus principales bazas, junto a su verticalidad y velocidad. Aunque es diestro, tiene un buen manejo de la pierna izquierda y está capacitado para ser el elegido en las acciones a balón parado.
Promesa castillista
Antes de destaparse como un activo importante en el Alcorcón, el mostoleño fue una de tantas y tantas promesas que alcanzan el Real Madrid Castilla. Lo hizo recién cumplidos los veinte años, a las órdenes de José Alberto Toril, quien dirigía a jugadores como Dani Carvajal o Álvaro Morata.
Cuando dio el salto definitivo al filial madridista, compartió vestuario también con otros como Nacho, Lucas Vázquez, Casemiro, Jesé, Fabinho, Fran Rico, Cheryshev y otros y otros tantos como Raúl de Tomás que también han alcanzado, si no la antes conocida como ‘liga de las estrellas’, por lo menos sí la actualmente llamada Liga 1|2|3.
Puede decirse, viendo su historial y algunos de los nombres anteriores, que él se quedó por el camino. Nada más lejos. Quien lo crea, que repase las primeras líneas: la vida depara distintos grados de triunfo a quienes lo buscan. Y Plano lo sigue buscando –lo seguirá buscando– vestido de blanco y violeta durante las tres próximas temporadas.
A sus veintiséis años, todavía le quedan tiempo y recorrido para continuar escribiendo su propia historia, esa que a su manera hizo en el Alcorcón, en un estadio José Zorrilla que quiere que el siguiente renglón narre el éxito de volver a Primera, o al menos intentarlo, con jugadores que le demuestren a la grada que también están hambrientos. Para empezar con eso le bastará: con la ambición de hacerse con un puesto en el entramado de un Sampedro en cuyo ideario encaja.