Luis César Sampedro abandonó la portería del Racing de Ferrol para comenzar su carrera como entrenador, la cual le ha llevado a dirigir a varios clubes en Segunda y Segunda B

El Real Valladolid ya tiene nuevo técnico: Luis César Sampedro. Un hombre de fútbol, que antepone a los futbolistas por encima de los estilos y al que le gusta que sus equipos tengan una identidad reconocible. Además, el gallego es un gran conocedor de lo que sucede en los vestuarios pues, como dice el refrán, antes que cura fue fraile.
Sampedro es uno más de ese club de futbolistas que deciden cambiar las botas por la pizarra. En su caso, fueron los guantes. Tras lograr el ascenso a Segunda División con el Racing de Ferrol, en una temporada en la que no disputó ni un solo minuto, el guardameta decidió probar suerte en el banquillo.
Antes, el técnico blanquivioleta había cuajado una carrera totalmente ligada a su tierra. Tras pasar por el Tótem, el Faxilde y el Arosa –conjuntos del fútbol regional gallego–, Sampedro recaló en el Club Deportivo Lalín, con el que consiguió el ascenso a Segunda División B en 1992.
En una entrevista reciente, el gallego recordaba su paso por el club rojinegro. «El Manuel Anxo Cortizo era un congelador. Cuando hacía viento y frío, empezábamos los partidos con un gol de ventaja». Un frío aquel similar al que vivirá en el José Zorrilla, que no en vano es apodado como ‘el estadio de la pulmonía’.
Sin embargo, el club que ha marcado su carrera es el Racing de Ferrol. Sampedro pasó ocho temporadas defendiendo las redes en A Malata, consiguiendo el ya mencionado ascenso a la categoría de plata. Fue entonces cuando colgó los guantes y pasó a ver los partidos desde la banda.
No será el único técnico que, durante la próxima temporada, haya hecho algo similar. Sin ir más lejos, López Garai, quién fuera centrocampista del Reus Deportiu hasta este año, pasará a entrenar al equipo catalán durante las próximas tres campañas.
Dos ascensos a Segunda y uno a Primera
Ya pizarra en mano, Luis César Sampedro ha pasado por los banquillo de varios clubes de Segunda y Segunda B, llegando a entrenar un año en Primera División. Tras dos años en la categoría de plata con el Racing de Ferrol, su tercera temporada se consumó con un descenso. No obstante, el club gallego siguió confiando en él y, al año siguiente, recuperó la categoría.
Su primera oportunidad fuera de su Galicia natal llegó de la mano del Nàstic de Tarragona. Allí consiguió el ascenso a la élite, llegando a encadenar catorce jornadas consecutivas sin perder. Al año siguiente, Sampedro fue destituido en la decimosegunda jornada del campeonato, y los catalanes terminaron perdiendo la categoría.
Tampoco le fueron demasiado bien las cosas en el Poli Ejido. Tras veintiuna jornadas al frente del conjunto almeriense, el gallego fue sustituido por Castro Santos. Después de una año sabático, regresó al Nàstic de Tarragona cuando faltaban quince partidos para finalizar la temporada.
Tras otro breve paso por el club catalán, el técnico recaló en el Alcoyano, donde no fue capaz de mantener la categoría. Después de pasar casi otro año en blanco, llegó al Albacete, donde marcó un antes y un después. En su primer intento, clasificó a los manchegos para el play-off de ascenso a Segunda B, del que fue apeado por el Real Oviedo.
Con la espinita aún clavada, Sampedro firmó una temporada para enmarcar, en la que tan solo concedió seis derrotas. Regular durante todo el curso, pasó las últimas siete jornadas de la competición en lo más alto de la tabla, consiguiendo finalmente el ansiado ascenso a Segunda.
Pasó dos años más en el Albacete, aunque en su última temporada fue destituido a falta de trece jornadas. Tras doce años fuera de su tierra, regresó la temporada pasada Galicia, donde tomó las riendas del Lugo. Su noveno puesto, el mejor en toda la historia del club, le valió la oferta de renovación que, finalmente, terminó rechazando.
Ahora, Luis César Sampedro se une al proyecto de Miguel Ángel Gómez con el objetivo de volver a conseguir lo que en su día logró con el Nàstic de Tarragona. De esta manera, el Real Valladolid cuenta con un técnico conocedor de la categoría y, sobre todo, de lo que es un vestuario.