La mejor promesa: Jornada 37

Puntuaciones del Real Valladolid Promesas – Cultural y Deportiva Leonesa

‘La familia’ del Real Valladolid Promesas se despidió de su afición y lo hizo además en el José Zorrilla, aunque no resultó ser la mejor despedida posible debido a la derrota por un gol a cuatro ante la Cultural y Deportiva Leonesa, si bien en muchas fases del encuentro el equipo de Rubén Albés fue superior, incluso con uno menos.

El joven equipo vallisoletano pagó demasiado caro el nerviosismo inicial. El querer sacar la pelota jugada desde el propio Tanis no siempre favoreció en este aspecto, y por ello, y por el resultado, la primera parte fue peor que la segunda, en la que incluso en inferioridad los blanquivioletas no se amilanaron ante un rival que se limitó a provechar los fallos del contrario y los aciertos propios, como el golazo de un blanquivioleta exiliado como Toni.

3 puntos: Higinio. El Real Valladolid Promesas fue peor sin él, y fue el mejor cuando el equipo peor estaba. Su constante lucha y su potencia tenían en alerta a la defensa leonesa. Una nueva lesión no le permitió acabar el partido. Sin embargo, obtuvo la recompensa del gol y fue ovacionado por la grada oeste del José Zorrilla.

2 puntos: Apa. Entró por Arroyo en el descanso y debutó en la categoría con diecisiete años y sesenta días. Por delante, y con los nervios lógicos como barrera, tenía la misión de abarcar toda la banda derecha del filial, sumando en ataque y en defensa. La conclusión: aquí hay una perla. Ganó un duelo aéreo en el área leonesa para asistir a Higinio en el único gol blanquivioleta, centró con mucho más sentido que el lateral derecho blanquivioleta que normalmente se desempeña por ese costado en el José Zorrilla y aportó criterio. El único pero fue la faja que le puso Toni en el tercer gol leonés, aunque siendo justos, fue su única mala intervención a nivel defensivo, cuando casi siempre se encontraba en inferioridad numérica.

1 punto: Rai Marchán. Su primera parte, al igual que la de todo el centro del campo, fue bastante mala. Las imprecisiones, el juego acelerado y los malas decisiones imperaban, lo que hizo que la defensa blanquivioleta quedara expuesta con demasiada facilidad. Sin embargo, en la segunda parte, y ya con todos los nervios descargados, él y Anuar empezaron a hacerse dueños y señores del partido, y Rai distribuyó cuanto quiso, recuperando los balones sueltos que encontraba y tapando los huecos que había propiciado la expulsión de Samanes.